Rafael Nadal vivió ayer un placentero debut en el camino hacia su décimo trofeo de Roland Garros contra el cañonero australiano Sam Groth, al que derrotó por 6-1, 6-1, 6-1 en 1 hora y 20 minutos. En la segunda ronda se cruzará con el argentino Facundo Bagnis, que eliminó al francés Kenny de Scheeper también en tres sets (6-0, 6-2, 7-6).

Nunca tuvo el mallorquín una entrada en materia en la tierra batida parisiense más sencilla de la que vivió ayer en la pista Suzanne Lenglen. Tan fácil que no sirve para sacar ninguna conclusión.

"Estoy muy contento de estar aquí en Roland Garros otra vez. Este es el torneo más importante de mi carrera y es muy emocionante para mí", aseguró, en francés, el español, aclamado por ello por el público. Nadal destacó la importancia de los primeros partidos y se mostró "muy contento" de haber ganado en tres sets. "Voy a poder descansar mañana y preparar la siguiente ronda", dijo.

Groth, 100 del mundo a sus 28 años, conocido por tener el récord de velocidad en el servicio, hizo acto de figuración en la pista y apenas opuso resistencia. Sobre la arcilla, donde solo ha ganado un partido de cinco, su servicio se reveló como un arma de fogueo y sus continuas subidas a la red un coladero para el juego de Nadal, poco acostumbrado a rivales de esa entidad. El australiano multiplicó los errores, hasta 28 acumuló en el encuentro.

La victoria 71 de Nadal en París no pasará a los anales de la historia por su belleza, ni por su sutileza técnica o táctica. Solo porque fue uno de sus debuts más fáciles en un Grand Slam, cometiendo apenas tres errores no forzados.

También Novak Djokovic logró de forma expeditiva su primera victoria de esta edición de Roland Garros contra el taiwanés Yen-Hsun Lu por 6-4, 6-1, 6-1 en hora y media. El número uno del mundo, que busca conquistar el único Grand Slam que falta en sus vitrinas, se mostró muy superior a su rival, 95 del ránking.

"Siempre es un gran placer estar en esta pista, en uno de los mayores torneos del mundo. El año pasado, tras la final, la emoción que recibí del público fue muy particular y quiero agradecérselo. Estoy muy emocionado por volver este año y espero poder hacerlo bien", aseguró el serbio, que volvía por vez primera al recinto donde el año pasado perdió contra el suizo Stan Wawrinka en la final.

Otros favoritos sí sufrieron más, especialmente Andy Murray, que sudó contra el veterano checo Radek Stepanek, que le llevó hasta las cinco mangas en un duelo que se disputó en dos días y que acabó 3-6, 3-6, 6-0, 6-3, 7-5 en 3 horas y 41 minutos.