El Choco llega muy vivo al Nuevo Vivero de Badajoz. Posiblemente este sea el mensaje más importante tras la disputa de los primeros noventa minutos de juego, pero por encima de todo queda la sensación de que la eliminatoria está más igualada de lo que en un principio parecía y que todo puede pasar en ese encuentro de vuelta.

El Choco hizo ayer un buen partido ante el conjunto extremeño. Esta vez, las ganas e ilusión estuvieron acompañadas de llegadas al área, ocasiones de gol y carácter, ya que en la recta final del encuentro consiguieron no entrar en las provocaciones del Badajoz, que posiblemente buscara alguna expulsión para ganar el partido antes de jugarlo.

El cuadro pacense planteó el encuentro acumulando hombres en el centro del campo para que el Choco no estuviera cómodo sobre el terreno de juego. En los primeros minutos de juego, los dos equipos no arriesgaron demasiado, tratando de saber por dónde llevar el encuentro. Los redondelanos no tardaron en darse cuenta que la zaga pacense tenía problemas para sacar el balón, recuperando Silva varios balones que descubrieron las primeras carencias del Badajoz.

No obstante no todo eran buenas noticias para el Choco, ya que la corpulencia de los hombres de centro del campo le permitían recuperar varios balones, y cada vez que llegaban a las inmediaciones del área de Cortegoso había la sensación de que podían crear peligro.

El Choco no tardó demasiado tiempo en mandar el primer aviso. Fue Silva, a los quince minutos de juego, con un disparo cruzado que sale ajustado al segundo palo de la meta defendida por Sergio Arenas. El delantero hizo un gran trabajo en la punta de ataque, fijando a los centrales para que sus compañeros encontraran hueco para plantarse ante el guardameta pacense.

Así fue como llegó el primer tanto de la tarde. La defensa del Badajoz estaba demasiado estática sobre la línea frontal del área, y dejaron que Comis se hiciera con el balón, sorteara a tres defensores para cruzar el balón ante Sergio Arenas, que nada pudo hacer por evitar el primer tanto, provocando la locura en las gradas del campo de Santa Mariña.

El Choco estaba haciendo un buen partido. Se habían adueñado del centro del campo, y esa circunstancia le permitía organizar su juego ofensivo. Además, el mensaje era claro, y cada vez que Cortegoso recuperaba el balón en defensa, sacaba con velocidad para buscar a Silva, como hombre más adelantado.

La sentencia pudo llegar pasada la media hora de juego, cuando Fer se plantó solo ante Sergio Arenas, pero su disparo fue a las manos del guardameta.

El paso por el vestuario no le vino bien al equipo entrenado por Marcos Montes. La tensión que había mostrado el equipo en los primeros cuarenta y cinco minutos se quedó en el vestuario, lo que llevó a que el Badajoz se hiciera daño del encuentro. Los pacenses colocaron a Edu Torres por delante de la defensa, con lo que solamente quedaba un hombre en punta.

El Badajoz comenzaba a llegar por las bandas con peligro; mientras que el Choco estaba demasiado espeso y no conseguía que el centro del campo funcionara. A los seis minutos de juego llegó la jugada polémica del encuentro, pues el colegiado castigó al Choco con una pena máxima por entender que Gándara había derribado a un jugador del Badajoz. En directo parecía una falta clara, pero tras repasar la jugada por televisión la sensación es que el colegiado del encuentro cayó en la trampa del jugador pacense, ya que Gándara no llega a tocarlo para provocar su caída.

Quique Carreño materializó el penalti, y las sensaciones no eran buenas para los redondelanos, que comenzaba a ver fantasmas. Sin embargo la realidad fue otra muy diferente. Fue como si el equipo reaccionara y volvieron a recuperar el control del centro del campo. Por fortuna, el segundo tanto no tardó en llegar y la "pájara" no tardó en desaparecer.

Fue una jugada en la que el Choco demostró que también sabe utilizar la estrategia, con un balón al área que acaba en el segundo palo, en donde Fer no tiene más que empujarlo con la cabeza para poner por delante en el marcador a los redondelano.

El partido estaba en un punto en el que un gol más podía dejar la eliminatoria muy encarrilada, pero encajarlo podía suponer un serio problema. Marcos Montes comenzó a mover el banquillo. Los hombres de arriba habían hecho un gran desgaste físico, y el equipo necesitaba ahora gente fresca para aguantar la salida de los pacenses, que a la desesperada buscaban el tanto de la igualada.

Además, el Badajoz comenzó a entrar al choque, y por fortuna los redondelanos no entraron al juego, evitando responder a las provocaciones de más de un jugador.

A medida que se acercaba el final del encuentro, los dos equipos dieron por bueno el resultado. Para el Choco, acabar por delante en el marcador era todo un éxito; mientras que para el Badajoz el gol marcador lo consideraban fundamental pensando en el encuentro de vuelta.

El próximo domingo el Nuevo Vivero elegirá al equipo clasificado para la segunda ronda.