El partido Galicia-Venezuela servirá para escenificar el clima de normalidad que ha presidido los últimos derbis, tanto en Riazor como en Balaídos, y que también marca las relaciones entre los futbolistas del Deportivo y del Celta, los dos clubes que más jugadores aportan a la selección galLega. Son rivales y cada uno mira por los intereses de sus respectivos equipos, pero la tensión de antaño se ha relajado. Hoy serán irmandiños por un día y unirán esfuerzos en busca del triunfo ante la Vinotinto.

Iago Aspas afirma que no se sentirá extraño por jugar de local en Riazor, el campo del Dépor, porque a lo largo de su carrera ha competido "en infinidad de estadios", así que "será un día más" para él. "Tanto juegas un día de local como otro de visitante", dijo el delantero del Celta, que coincidió con Álex Bergantiños a la hora de resaltar el gran momento que atraviesa el fútbol gallego: "Hay una buena hornada de jugadores y esperemos dar la talla en este partido. Es un orgullo estar aquí con mis compañeros. Es un partido que todo el mundo quiere jugar y, si es casi entre amigos, aún mejor".

Álex Bergantiños es uno de los cuatro futbolistas que aporta el Deportivo a la selección. Llegó al hotel de concentración, el Meliá María Pita, en compañía de Juan Domínguez poco antes de que lo hicieran Pedro Mosquera y Lucas Pérez, también juntos. Poco mezclaron con los seis representantes del Celta, al menos mientras esperaban en recepción a que se completara el grupo. Todos se saludaron a la llegada pero formaron corrillos diferentes, los deportivistas de una parte y, a pocos metros, los celestes. Especialmente cariñoso fue el reencuentro de Mosquera con el excéltico Joselu, ahora en el Stoke City, con el que coincidió en la cantera del Madrid. El Celta es el club que más aporta a la selección,con seis jugadores: Sergio Álvarez, Hugo Mallo, Jonny, Pape Cheikh y Diego Alende.