El Sporting seguirá una temporada más en Primera División porque cumplió con su parte, ganó al Villarreal (2-0) y se vio favorecido por la derrota del Getafe en el campo del Betis. El Sporting jugaba en dos campos, el suyo ante el Villarreal y en el Benito Villamarín donde el Getafe no podía ganar para que los rojiblancos lograran el objetivo de la permanencia y el público estuvo desde el primer minuto con un ojo en el césped y una oreja en la radio para saber lo que sucedía en Sevilla.

Los rojiblancos salieron desde el pitido inicial en busca del gol ante un Villarreal que llegó a Gijón sin nada en juego y con una alineación en la que había notables ausencias que se vio superado por el empuje local.

El Sporting, a la tercera tentativa, logró el premio esperado. Fue una internada de Carmona, que centró al punto de penalti donde apareció Jony para engatillar un potente chut.

En el minuto siguiente, Baptistao ganó por velocidad a los centrales y se plantó sólo ante Cuéllar que salió a tapar y el balón del delantero se estrelló en el poste, provocando un vuelco en el corazón de los aficionados, que siguieron en vilo hasta la segunda mitad.

El Molinón estalló con fuerza al enterarse del gol del Betis al Getafe lo que acercaba más a los rojiblancos al objetivo de la permanencia pero el partido había alcanzado mucha más intensidad que en la primera parte y nada estaba decidido.

Manu Trigueros tomó el mando en el centro del campo y el Villarreal tuvo el balón en su poder mucho más que en los primeros 45 minutos con lo que los aficionados mantenían los nervios sólo atenuados por el segundo gol del Betis tan aclamado como el primero.

Unos minutos después, un pase atrás de Sanabria sobre la llegada de Sergio Álvarez que lanzó un tremendo zapatazo que se coló por la escuadra de la portería de Barbosa y dejó la permanencia prácticamente sentenciada.

Los aficionados estallaron en una alegría contenida el resto del partido con cánticos de "rl Sporting es de Primera" mientras que sobre el terreno de juego los dos equipos consumían los minutos que quedaban para la finalización y la megafonía anunciaba una fiesta para celebrar que el equipo seguía una temporada más en Primera.

Abelardo recordó que al principio de temporada había indicado que el objetivo era quedar en el puesto 17 y en ese se quedó, pero aseguró que, para la próxima temporada, espera "que el equipo se salve sin pasar tantos apuros".

"La próxima temporada no habrá restricciones para fichar, pero tras dos temporadas con ellas no sé si sabré hacerlo", ironizó el entrenador asturiano.