El Alondras se llevó el derbi de la Ría al derrotar al Rápido de Bouzas en la última jornada del campeonato liguero. Los dos equipos llegaban al encuentro sin preocupaciones y con los deberes hechos, lo que provocó que ambos conjuntos trataran de jugar al ataque sin preocuparse en exceso de las labores defensivas.

Así fue como llegó el primer gol de la tarde. En la primera jugada el Rápido pierde el balón en el frontal de la defensa y Benja marca el primero cuando los aficionados todavía no habían acabado de sentarse en sus asientos.

En los minutos siguientes, el Rápido trató de hacerse con el control del partido. El Alondras presionaba con intensidad de medio campo hacia atrás, lo que hacía complicado que los aurinegros lograran llegar con peligro a las inmediaciones de Martín. Ninguno de los dos equipos lograba estar seguro en defensa, y así llegó el tanto del empate. Gustavo Souto fue el más listo y se llevó un balón para empatar el encuentro.

Parecía que el Rápido le había cogido el ritmo al encuentro, pues comenzó a tener más presencia en el área, aunque no se prodigaron en el disparo a puerta.

Pero como no hay dos sin tres, un nuevo fallo defensivo le permitió a Andrés volver a adelantar al Alondras, en una jugada en la que se paseó por toda la frontal disparando cruzado.

El paso por el vestuario no cambió demasiado el desarrollo del encuentro. El Rápido trataba de empatar el encuentro y conseguía tener más presencia en el área del Alondras, pero le faltaba acertar en ese último pase.

La igualada llegó en una gran jugada de Antón Vilas, que se paseó por la frontal del área driblando a cuanto jugador le salía al paso para cruzar el balón ante Martín, que nada pudo hacer por evitar la igualada.

Faltaban poco más de veinte minutos para la conclusión del encuentro, y todo apuntaba a que el encuentro finalizaría con empate en el marcador, ya que todo el juego se desarrollaba en el centro del campo, y a los dos equipos le costaba mucho crear fútbol de ataque.

Sin embargo todavía habría tiempo para un nuevo tiempo, que le llegó a Alondras desde el punto de penalti. Fue una jugada de las que se pueden denominar tonta, pero la realidad es que el balón fue al brazo de un jugador del Rápido, que nada pudo hacer para evitarlo. El árbitro auxiliar levantó inmediatamente la bandera, señalando el colegiado el punto de penalti. En los minutos finales, el Rápido lo intentó de todas las formas posibles, pero el empate no llegó.