La Liga se le hizo corta al Real Madrid, que se quedó en la orilla del campeonato después de doce victorias consecutivas, la última, en el estadio de Riazor, donde se ilusionó con el título durante quince minutos, desde que el portugués Cristiano Ronaldo anotó el primer tanto del partido hasta que el uruguayo Luis Suárez adelantó al Barça en Granada.

Lo intentó el equipo de Zinedine Zidane, cumplió con su parte, pero el Barcelona no falló en la última jornada y su esprín por el título se quedó corto.

Le faltó la posibilidad de un último golpe de cadera, como en el ciclismo, para arrebatarle al equipo azulgrana un campeonato que hace meses parecía tener en el bolsillo y que se le complicó.

Si al Madrid se le hizo corta la Liga, para el Deportivo fue larguísima porque, tras una brillante primera vuelta, acaba la temporada con el vestuario convertido en un polvorín y mucho que reconstruir en verano.

El Real Madrid, con Keylor Navas bajo palos, Carvajal en el lateral derecho y Modric en el centro del campo, salió a por el Deportivo para intentar marcar un gol tempranero que pudiera poner nervioso al Barcelona en su pelea por el título.

Carburó sin necesidad de minutos de tanteo la BBC y pronto anunció sus intenciones el equipo de Zinedine Zidane con una llegada de Benzema a pase de Bale.

Faltaba Cristiano Ronaldo por aparecer en escena y lo hizo de forma decisiva a los siete minutos en una jugada en la que Bale buscó la línea de fondo, centró al área, Benzema remató mal y el portugués no perdonó en el segundo palo. Con ese gol, el equipo blanco, que controlaba el partido con comodidad ante el Deportivo, fue campeón durante 15 minutos, los que tardó el Barcelona en adelantarse en Granada con un tanto del uruguayo Luis Suárez que la afición de Riazor anunció con aplausos. Aun así, el Madrid se aferró a una campanada en Los Cármenes y siguió a lo suyo en el césped de Riazor, donde Ronaldo convirtió el segundo a los 25 minutos pero el Barcelona no tardó en sentenciar y el partido ya fue un absoluto trámite.