Pablo Hernández, el centrocampista del Celta, que ayer volvió a demostrar encontrarse en un momento dulce de juego aunque no pudiese influir en el resultado, se resignó a la derrota: "No ha podido ser. Lo hemos intentado pero no ha salido como quisimos. Aun así, esto no empaña la gran temporada que hicimos y hay que estar contentos con eso".

Sobre las provocaciones del Atlético de Madrid, que generaron varios enfrentamientos en los últimos minutos del encuentro, el chileno lo consideró una parte del juego y no le dio especial importancia: "Su primer gol nos afectó mucho. Nosotros sabíamos que un gol nos podían hacer pero no de la forma como lo han conseguido ya que se han encontrado ese gol. Más que provocaciones, nuestra desesperación nos ha jugado en contra".

Sobre las faltas recibidas, que fueron numerosas y no siempre penalizadas de la forma adecuada por el árbitro, dijo que "es como siempre, no pasa nada. Yo intento hacer las cosas lo mejor posible para ayudar al equipo y si hay que aguantar que te hagan faltas, pues hay que aguantar. La pena es no haber logrado la victoria".

Sobre la pérdida de la quinta plaza el Tucu comentó que "es increíble haberla perdido. A nosotros nos ha tocado el último partido con un gran rival mientras que el otro pensábamos que podía perder. Ha sido una pena porque hemos realizado un gran año y queríamos concluirlo de la mejor manera".

Sobre la final de la copa del Rey comentó que "ojalá gane el Barcelona pero que sea lo que Dios quiera. Si nos toca ir a previa pues iremos pero si no, pues mejor. Nosotros siempre queremos lo mejor para el club".

Sobre su participación en la Copa América indicó: "Tengo una semana de vacaciones para disfrutar con la familia y si tengo que ir a la Copa América pues iré, intentando dejar también una buena imagen para el club".