El Academia Octavio desciende pero no claudica. El presidente, Javier Rodríguez, asume que el equipo pertenece a Primera Nacional desde el pasado domingo, tras la derrota ante el Barcelona B. Su intención es salir a competir en esa categoría. Pero aún no se puede descartar la permanencia en División de Honor Plata, sea para cubrir vacantes -el Grupo Covadonga se plantea renunciar- o mediante la compra de una plaza -de los propios asturianos o de alguno que no quiera ascender-. El Octavio, en todo caso, se enfrenta al mismo reto que hace un cuarto de siglo, cuando también debía descender a tercera división y una maniobra con el Puerto Cruz tinerfeño lo evitó. La entidad se ha enfrentado varias veces al abismo y lo ha eludido, incluso contra pronóstico.

La certeza matemática a día de hoy es la pérdida de categoría. La retirada del Balonmano Aragón de Asobal, en el efecto concatenado, redujo a dos los descensos en División de Honor Plata. A falta de dos jornadas, el Octavio es colista (16º) con 11 puntos, a cinco del ya inalcanzable La Roca (14º). El Cisne (15º), con 13, todavía puede salvarse. As Travesas acoge el próximo sábado el derbi. Los vigueses cierran después la campaña en Alcobendas; los pontevedreses, en casa precisamente ante La Roca, que podría salvarse en la penúltima jornada si gana en su feudo al Nava (13º). En tal escenario, todo apunta al descenso de los dos gallegos.

El Octavio tiene razones para intentar ser penúltimo -lo que le obliga a ganar el derbi superando el average (28-26) de la primera vuelta-. La grave crisis que padece el balonmano se traduce en una siega constante que puede volver a alterar el reparto clasificatorio. El Real Grupo de Cultura Covadonga se plantea dejar División de Honor Plata.

El Grupo Covadonga es la mayor asociación recreativa de Asturias. En el verano pasado quiso que su sección de balonmano probase la aventura de Honor Plata. Se hizo con la plaza que le correspondía al filial del Granollers, que suele ascender y renunciar a esa conquista cada temporada -también lo hizo en 2014 a favor del Chapela-. Se dijo entonces que el acuerdo entre Covadonga y Granollers no incluía ninguna contraprestación económica.

Aunque el rendimiento deportivo de la escuadra ha sido notable (8ª posición), los dirigentes del Grupo Covadonga parecen no querer empeñar más dinero en el mantenimiento de un equipo semiprofesional. Si se concreta su renuncia, el penúltimo seguirá en Honor Plata; si ponen a la venta la plaza, el Octavio se planteará entrar en la puja. Lo que también podrían acometer si nuevamente el Granollers B conquista esos derechos federativos dentro de la cancha.

Es difícil cuantificar cuánto puede costar esa plaza. La cifra podría rondar los 15.000 euros. Javier Rodríguez sí sabe cuánto costó en 1991. Porque también entonces el equipo iba a descender a la tercera división y lo evitó mediante el desembolso de diez millones de pesetas.

El balonmano español afrontó una profunda reestructuración en la temporada 1990-1991. Se fundó la Liga Asobal, sustituyendo a División de Honor. La Primera Nacional B se mantuvo, pero para dividirse en dos al año siguiente. Cinco equipos de cada uno de los tres grupos y el mejor de los sextos tras un play off compondrían la nueva Primera Nacional; los demás, la Segunda Nacional.

Para el Octavio fue un ejercicio peculiar en varios sentidos. La escuadra arrancó mal. Carlos Rey sustituyó en el banquillo a Andrés Martínez y Andrés Acuña. El club fichó el 19 de enero de 1991 al primer jugador extranjero de su historia, el lateral ruso Gazimov. Algunas semanas después llegaba el segundo refuerzo foráneo, también ruso, el portero Golubkov. El rendimiento mejoró. El conjunto encarnado alcanzó la última jornada con opciones de ser al menos sexto y disputar el play off, pero una mala combinación de resultados lo impidió. El Octavio quedaba condenado a militar en Segunda Nacional.

Pedro Posada había empezado a patrocinar al Octavio y animó a buscar acomodo en Primera. Javier Rodríguez, aún tierno en la presidencia, y Alfredo Rodríguez Millares, el que después sería director general del Celta, entonces recién llegado a la directiva balonmanística, supieron que el Plátanos de Canarias-Puerto Cruz de Tenerife vendía la suya. Javier y Alfredo viajaron a la isla. El dramatismo presidió su reunión con el mandatario del Puerto Cruz, que era casualmente vigués y el día anterior había perdido a un hijo en un accidente. Cerraron el trato, que el 29 de junio, en la reunión de clubes de Madrid, se sustanció. Por formulismos de la época, los dos clubes quedaban fusionados como Puerto Cruz-Academia Octavio, denominación temporal. El equipo competiría como Octavio Pilotes Posada en Primera Nacional en la campaña 1991-1992. Al año siguiente, bajo la dirección de Alejandro López, ascendía a Asobal, iniciando sus mejores años. Hoy en la entidad sueñan con un resurgimiento similar.