Pocos días más intensos ha vivido el celtismo como el de ayer. Desde primera hora del día con las actividades programadas en el entorno del estadio hasta la apoteosis en As Travesas en la que los jugadores y los aficionados festejaron por todo lo alto el regreso a competición europea. Y para que nada fallase, a media tarde el equipo se sumó a la fiesta ganando su partido al Málaga para regresar a la quinta posición y depender de sí mismo en la última jornada para evitar las eliminatorias previas de la Europa League.

Un día en que se organizaron actividades para los niños y en los que el club abrió su nueva tienda, situada donde hasta ahora estaba el museo del club. Las obras de Balaídos obligan a mudar nuevamente la tienda y ayer el Celta abrió su nueva dependencia y donde esperan dar un servicio mejor a sus aficionados.

Luego vino el partido, la fiesta sobre el césped, los paracaidistas que trajeron de forma simbólica la bandera de la UEFA y la vuelta de honor de los futbolistas ante un público entregado. Y ya puestos, incluso el jeque del Málaga, ausente en el último año y medio de los estadios españoles, se dejó ver en Balaídos para asistir a la fiesta de los vigueses.

La última etapa de la fiesta fue la celebración en As Travesas en la que participaron diferentes músicos vigueses pero donde los grandes protagonistas fueron los jugadores del Celta que vivieron una vez la comunión que toda la temporada han tenido con sus aficionados. Un final de fiesta perfecto a un día perfecto.