El Celta siempre encuentra un aliciente, un objetivo al que seguir pegando bocados. Convertido en un animal competitivo incapaz de resignarse, el conjunto de Berizzo se regaló la oportunidad de mejorar nota en la última jornada de un curso que ya es extraordinario. Hizo su trabajo al superar al Málaga y el empate del Athletic le permite regresar al quinto puesto y depender de sí mismo para sacarse de encima la inquietud y el desconcierto que generan las eliminatorias previas de la Europa League.

GALERÍA | Así fue la fiesta celeste en As Travesas. // Marta G. Brea, R. Grobas y J. Lores

Los de Berizzo sobrevivieron a una tarde complicada en la que era fácil abandonarse. Demasiado ruido exterior. El club preparó un programa festivo del que resultaba difícil aislarse. Cualquier otro equipo se hubiese dejado contagiar por ese entusiasmo, pero el Celta mantuvo sus constantes vitales. Sin la brillantez de otros días, que solo apareció con cuentagotas, pero con la decencia y el talante habitual para ganar un nuevo partido y dispararse hasta los sesenta puntos, una cifra descomunal para un equipo con las limitaciones presupuestarias del vigués. Ayer la muralla del Málaga la derribaron gracias a uno de esos instantes deliciosos que fabrica su delantera. Merecía que la despedida de temporada en Balaídos tuviese un momento como ése. Se llevaba media hora de partido. El Celta dominaba, aunque sin la exhuberancia de otras tardes. El Málaga es un equipo que sabe ponerse en un campo y que apretó en el medio a Wass y Marcelo Díaz para que el juego no fluyese con la frescura habitual. Pero los de Berizzo no permiten despistes. Le concedes una contra, un ataque en ventaja y sueltan los fuegos artificiales. Nolito condujo, Aspas buscó la espalda del lateral con un pase preciso, Orellana rompió la línea defensiva y regaló el gol a quien había comenzado la jugada. Nolito-Aspas-Orellana-Nolito. El círculo se cerraba con un pase a la red. Una obra perfecta que supone toda una declaración de intenciones. Si hubiese que resumir lo que es el Celta de Berizzo vale perfectamente esa jugada: apretar para robar al rival, que la pelota llegue rápido a los delanteros y que el talento de éstos encuentre la solución. El gol premiaba el mayor interés de los vigueses que habían dominado el primer tiempo y que estuvieron cerca de resolver el partido si Ochoa no hubiese sacado un remate de Nolito que buscaba el palo izquierdo de la portería del Málaga. Pocas noticias en el otro área. Una mano de Rubén Blanco en un libre directo fue lo más peligroso que fabricaron los de Gracia, que se estrellaron contra el orden de la defensa, en la que Mallo cumplió con la habitual dignidad en la posición del sancionado Cabral.

GALERÍA | Así fue la victoria del Celta ante el Málaga. // Marta G. Brea, R. Grobas, J. Lores

Se le atragantó mucho más el partido al Celta en el segundo tiempo. Apretó el Málaga con su presión y ahí sí dio la impresión de que a los vigueses se les hacía larga la función. Cada vez era más difícil aislarse del clima que había Balaídos, con su gente ansiosa por presumir de lo logrado estos meses de competición. Los de Berizzo jugaron ya con la idea de aprovechar el espacio que dejase un Málaga más volcado en el campo del Celta. Y pudo llegar en varias acciones en las que a los vigueses les costó precisar en el último pase. Por momentos volvió esa peligrosa manía por buscar un "pase extra" dentro del área. Un asunto a resolver en el futuro. Hay ocasiones en las que no está de más volverse un punto más barroco y otras que hay que liquidar con cierta diligencia. Al Celta le cuesta entenderlo a veces y elige mal. Así se fueron algunas situaciones peligrosas. La más clara la tuvo en una contra conducida por Aspas que el moañés trató de resolver con una suave vaselina, marca de la casa, pero Ochoa acertó a desviar con la punta de los dedos a saque de esquina. Los últimos minutos Berizzo buscó piernas frescas para un medio del campo que había comenzado a sentir en exceso el ida y vuelta del partido. Rubén Blanco sacó otro remate peligroso y el Celta acabó por celebrar su clasificación para Europa a lo grande. Con otro triunfo. El empate del Athletic redondeó la tarde. Tienen en su mano la quinta plaza que tratarán de defender esta semana en el Calderón. Otro objetivo al que seguir dando mordiscos.