El Coruxo dejó prácticamente sentenciada la permanencia, tras la victoria en la tarde de ayer en San Lázaro ante el Compostela.

El partido no pudo empezar peor para el Compostela. No habían transcurrido dos minutos de juego cuando Cifuentes adelantaba al Coruxo en el marcador en un saque de esquina que el centrocampista cabeceó al fondo de las mallas.

Fue el Compostela un manojo de nervios en los primeros compases del choque. El paso de del tiempo, sin embargo, le sentó de maravilla y por mediación de Guillem pudo hacer el empate al cuarto de hora de juego cunado el jugador balear se internó dentro del área, pero estuvo demasiado lento para abrir fuego contra la portería de Brais.

No fallaría, por el contrario, Sergio escasos minutos después cuando Dani Hernández botaba un libre indirecto y el albaceteño conectaba un certero cabezazo para establecer el empate.

La alegría, sin embargo, duró al cuadro santiagués lo que una chuchería a la puerta de un colegio, porque a renglón seguido Rafa Mella volvió a poner por delante al Coruxo en un contragolpe que el punta culminó con un disparo raso y ajustado al palo.

Hasta esos momentos el partido había discurrido por los derroteros de la igualdad, y así sería hasta el tiempo de asueto. Minutos antes del segundo tanto del Coruxo, Rafa Saéz, por su parte, se había visto obligado a mover ficha por la lesión de Ángel, que dejó su lugar en el campo a Pablo.

Manu Rodríguez y Jordan dispusieron de las ocasiones más claras en el tramo final de la primera parte, pero no se mostraron acertados de cara a puerta.

Tras el paso por vestuarios el Compostela volvió a la carga y durante muchos minutos encerró al Coruxo en su propio campo, aunque al equipo de Fredi le faltó clarividencia en los últimos metros, donde todos sus ataques murieron en la trampa que le tendió el Coruxo por dentro. El Coruxo, muy ordenado, no pasó apuros.