Una nueva conexión entre Griezmann y Torres mantuvo al Atlético de Madrid empatado a puntos con el líder, Barcelona, y con sus opciones intactas en la pelea por el título al imponerse al Athletic Club en San Mamés por 0-1. Fue una acción aislada dentro de un partido en la línea de los últimos de ambos equipos en San Mámes, con los del Cholo Simeone superando a los de Ernesto Valverde en el marcador tras una infatigable lucha.

No obstante, el Atlético puso las ocasiones más claras, el gol, un disparo de Thomas Partey que dio en el palo, con Gorka Iraizoz caído en el suelo por un encontronazo con un compañero y dos clarísimas oportunidades finales.

El Athletic, que sigue quinto a pesar de la derrota y tiene Europa casi asegurada para la próxima temporada, puso el pundonor y el dominio, pero le faltaron recursos para hacer daño en la casi perfecta defensa colchonera. Si acaso, atemorizó un poco al esloveno Jan Oblak en los centros finales casi a la desesperada con Raúl García continuamente amenazando.

Pero al equipo bilbaíno le faltaba su goleador y talismán Aritz Aduriz y esa es mucha baja para el conjunto vasco en partidos de la exigencia ofensiva como el que le enfrentó al Atlético.

Comenzó el partido con los dos equipos dispuestos a no conceder nada en el aspecto defensivo, lo que mermaba sus intenciones ofensivas, que quedaban en segundo plano.

Sin que el Athletic se decidiera a lanzarse sobre el área y el Atlético siquiera se plantease montar una contra pasó más de media hora, sin ninguna ocasión y mucha más posesión bilbaína.

La lesión muscular de Godín que provocó su pronta sustitución, en el minuto 11, y un balón que recogió Iraizoz muy ajustado en la línea del área grande, fue lo más relevante de un arranque con tres llegadas locales. Pero ni Muniain, ni Viguera ni Beñat, este a balón parado, llegaron ni a inquietar a Oblak.

Pero cuando parecía que llegaba el descanso en medio de la nada, o del orden táctico y las precauciones de ambos equipos, una conexión entre Griezmann y Torres abrió el marcador. El francés puso un centro perfecto y el madrileño un espléndido testarazo que resultó letal para Iraizoz.

No se habían recuperado del palo recibido el Athletic y un San Mamés muy enfadado con el árbitro cuando Thomas, en una jugada polémica con Iraizoz en el suelo tras chocar en un despeje contra uno de sus defensas, mandó al palo un remate con toda la portería para él.

Esa acción, en la que queda la duda de si el ghanés vio a Iraizoz caído, y también la de si debía o no echar fuera un balón sin que el colegiado hubiese parado el partido, encrespó definitivamente al público.

Intentó apretar el Athletic al inicio de la segunda mitad pero frenó de nuevo al Atlético a los locales y Griezmann casi saca petróleo en una jugada en solitario en la que enfiló sin ayuda hacia Iraizoz y se le interpuso Bóveda para arrebatarle el balón cuando parecía haber llegado ante el meta con opciones de superarle.

Lo pasaron mal los de Simeone en un arreón bilbaíno con tres córneres seguidos en el minuto 75. Pero ni así llegó a gozar de una ocasión el conjunto rojiblanco, ya con el público volcado. Sí se olió peligro en un par de disparos de Lekue y San José, y en un balón que le cayó a Williams a su espalda dentro del área pequeña.