El entrenador del Barcelona, Luis Enrique Martínez, prefiere mirar el "lado positivo" de la mala dinámica por la que pasa su equipo, que suma uno de los 12 últimos puntos posibles en la Liga, y admite que celebrarán una gran fiesta si levantan el título. "Me va el ritmo y la adversidad, lo tengo en los genes gijoneses; soy así de gilipollas. A mí me va el baile, tengo unas ganas enormes porque no me puedo imaginar el fiestón que nos vamos a pegar si ganamos la Liga", aseveró en la rueda de prensa previa al encuentro que hoy disputarán contra el Deportivo.

El preparador asturiano afronta con optimismo la visita a Riazor, donde espera que su equipo juegue como lo hizo contra el Valencia, si bien confía en que su jugadores estén más acertados de cara a portería. "Me aferro a mis jugadores, a su actitud, a la manera de competir que tienen y a la fe que tengo de que puedan ganar todos los partidos que quedan. Hay que mejorar y conseguir que el rival te llegue menos", enfatiza.

En este sentido, quiso enviar un mensaje positivo a su plantilla: "Me basaría en lo que estamos haciendo ahora. Hay que centrarse en lo positivo e intentar que los aspectos negativos generen menos secuelas y que el jugador las supere".