Celta Zorka y Kemegal Cortegada cerraron ayer en el pabellón de Navia una nueva temporada liguera. Ambos equipos llegaban a este último partido sin nada en juego, pero con el orgullo de finalizar uno encima del otro en la clasificación. La palma se la llevaron las arousanas, que rentabilizaron al máximo su superioridad bajo los tableros, y un porcentaje de acierto en el tiro ante el que nada pudieron hacer las viguesas.

El equipo de Cristina Cantero fue siempre por debajo en el marcador. La calidad de Dapo y Syll bajo los tableros hicieron muy difícil el juego de las viguesas bajo los tableros. El 1,84 de la croata y el 1.97 de la senegalesa fueron un serio handicap para las viguesas.

En los primeros diez minutos de partido, el juego fue muy igualado. Los dos equipos trataban de reforzar el trabajo defensivo para impedir que el rival anotara con facilidad. Esa circunstancia provocó que los ataques fueran largos, buscando asegurar las posiciones de tiro. El cuadro arousano fue casi siempre por delante en el marcador, pero nunca con diferencias importantes que hicieran complicada la reacción.

Un buen comienzo de las viguesas en el segundo cuarto les permitió darle la vuelta al marcador y ponerse por delante en el marcador. Posiblemente fue uno de los mejores cuartos que se vio a lo largo de toda la temporada. Los dos equipos se despreocuparon de la defensa y la canasta de un equipo era rápidamente respondida por el rival con otra. Además, esta circunstancia se producía con alternativas en el marcador, lo que encendió a la grada, que ayer registró la mejor entrada de la temporada.

Las fuerzas le fallaron al equipo vigués en la recta final del encuentro. Rubén Domínguez, técnico arousano, dosificó perfectamente a sus dos "torres", y en el último minuto y medio consiguió abrir brecha en la marcador, marchándose al vestuario con ocho puntos de ventaja.

Tras el descanso las cosas no le fueron mejor al Celta Zorka. El conjunto arousano se mostró más asentado sobre el campo, y poco a poco las diferencias fueron aumentando. Las viguesas se bloqueaban y perdían varias jugadas de ataque más por desesperación que por acierto del Kemegal, que a diez minutos para la conclusión del encuentro tenía trece puntos de ventaja y el partido muy encarrilado.

Los últimos diez minutos de juego comenzaron con un Celta Zorka metido en zona, cerrando el grifo de ataque de las arousanas, que acusaron ese cambio defensivo y comenzaron a tener muchos problemas en ataque. Las viguesas bajaron las desventaja de los diez puntos a cuatro minutos para la conclusión del encuentro. El equipo entrenado por Cristina Cantero vio que era posible reducir la desventaja y salvar los cinco puntos que habían logrado las viguesas en el partido de ida.

Un triple de Cristina Salinas dejó el marcador en un apretado 51-57, y en Navia se comenzaba a pensar en la remontada. En el último minuto de juego, las faltas fueron las protagonistas, ampliando la ventaja el Kemegal hasta los ocho puntos. En la última jugada, una jugadora del Celta Zorka fue objeto de falta que suponían tres tiros, pero los árbitros no pitaron nada.