El coordinador policial de seguridad en los partidos de Balaídos, Alberto Fernández, mantuvo ayer un encuentro con miembros de varias peñas célticas. También asistió en calidad de invitado el director de seguridad e instalaciones del Real Club Celta, Julio Vargas. En un amplio sector de la afición existe malestar por los rigurosos controles que se han instaurado en el estadio vigués, lo que había provocado algunos incidentes significativos. La reunión se desarrolló de forma cordial, con explicaciones, intercambio de pareceres y la convicción de que no habrá fricciones en el futuro.

Este encuentro con Alberto Fernández ya se había planteado la semana pasada, aunque de manera más informal, y al final fue aplazado por cuestiones de agenda. Fernández acudió acompañado por Julio Vargas. Estuvo el presidente de la Federación de Peñas, Pepe Méndez, y representantes de alrededor de 25 colectivos célticos. La reunión se realizó en dependencias de Balaídos, comenzó a las siete y media de la tarde y se prolongó durante dos horas.

La Ley 19/2007 contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte es el marco en el que se contempla esta nueva política en los estadios españoles, complementada por el Real Decreto 203/2010, que desarrolla el reglamento. Existe un cierto margen de maniobra en su aplicación y de hecho se puso en práctica de forma más laxa en los primeros años. Ha sido a raíz de la muerte del aficionado deportivista Jimmy en un enfrentamiento con ultras del Atlético, en la batalla campal de Madrid Río, cuando las autoridades han decidido mostrarse más estrictas al respecto.

Sin embargo, muchos aficionados consideran que en Balaídos se actúan con una severidad mayor que en otros estadios. Y se han producido algunos incidentes que abundan en esta teoría, como la retirada de una vieja bufanda de Celtarras a un socio histórico ("por enaltecimiento del terrorismo", le dijo el vigilante de seguridad, equivocándose en el concepto) y la requisa en el derbi de una manta que tenía calaveras como motivo decorativo.

Alberto Fernández y Julio Vargas reconocen que se han cometido algunos errores y excesos, como en este último caso. Los peñistas han sido informados de que algunos vigilantes de seguridad contratados por el Celta no volverán a actuar en Balaídos. Y han prometido relajar un poco las medidas en aspectos como el control de las bufandas, además de insistir a empleados y fuerzas de seguridad en la necesidad de tratar de forma educada a los aficionados.

Alberto Fernández detalló los pormenores de la ley y las razones de determinadas actuaciones. Fuentes presentes en la reunión aseguran que sus explicaciones resultaron claras. Además, reveló que otras medidas de seguridad se mantendrán, y con la misma intensidad, al encontrarse España en el nivel cuatro de alerta terrorista desde los atentados islamistas sufridos en Bruselas.

El partido contra el Betis del próximo sábado será el primero que se dispute tras esta toma de contacto. En él los espectadores ya podrán comprobar ese mayor grado de flexibilidad. Todas las partes esperan haber limado asperezas y que no haya más tensión en el futuro.