La junta directiva del Porriño Industrial Porriño Industrial anunció hoy que los cuerpos técnicos de las distintas categorías han decidido dejar de acudir a los entrenamientos "de manera indefinida" debido al impago de sus últimas cuatro mensualidades, aunque sí asistirán a los partidos para evitar que el club sea sancionado.

Una decisión que la directiva que preside Manuel Laso "entiende" y "respeta", pues desde que asumió la dirección de la entidad el pasado mes de octubre, tras una moción de censura al anterior presidente, no han podido pagarle "ni siquiera los gastos ocasionados por la realización de su actividad". La entidad está inmersa en un proceso judicial debido a la gestión de la anterior directiva.

"El parón sólo afectará a los entrenamientos de aquellos equipos que no se juegan nada en la actual temporada, esto es, ni pueden ascender ni descender. Así lo han decidido, y les damos las gracias por su generosidad. El orgullo que nos hacen sentir, es uno de nuestros principales alicientes para continuar", señala la directiva en su comunicado.

Los directivos piden disculpas "con letras mayúsculas" a todos los niños afectados y a sus padres, a los que entrenadores, preparadores físicos y coordinadores de la base ya habían adelantado su decisión.

El Porriño Industrial, que gestiona 16 equipos -14 federados y dos no federados-, se encuentra en una "delicada" situación económica, ya que no puede recibir subvenciones públicas debido a que tiene pendiente de justificación las ayudas correspondientes al 2015, cuando el club estaba dirigido por otra directiva.

Una situación a la que no encuentran "solución" pese a reunirse hasta "en veinte ocasiones" con el equipo de gobierno del ayuntamiento, pues la existencia de unas facturas, presuntamente, falsas, impiden el pago de la subvención del año 2015 y la renovación del convenio para el 2016.

La directiva admite que sin la ayuda municipal la subsistencia del club es "complicada por no decir imposible", por eso se muestra dispuesta a buscar conjuntamente "una solución" dentro de la legalidad, pero una solución, puntualiza, "clara y rápida, con la urgencia que esta situación requiere".

Los directivos reconocen que han estado a punto "de tirar la toalla" en varias ocasiones, pero no lo harán para evitar la desaparición de un club con 84 años de historia y para no dejar "tirados" a los niños y jóvenes de la base.

"Desgraciadamente, no estamos en disposición de poder acreditar lo sucedido en la gestión de otros, y creemos que para eso están los jueces, de lo que estamos seguros es que los niños y jóvenes no deben pagarlo", explica la directiva del Porriño.