El expresidente del FC Barcelona Sandro Rosell ha asegurado en su declaración como investigado ante la jueza que el fundador de Mediapro, Jaume Roures, le presionó en 2011 chantajeándolo con querellarse contra él por espionaje si no renovaba los derechos televisivos entre el club azulgrana y esta empresa. Rosell ha relatado ante el Juzgado de Instrucción 8 de Barcelona que estas presiones de Roures se produjeron en diciembre de 2011 para que renovase el contrato que había firmado su antecesor, Joan Laporta, pero Rosell le dijo que convocaría un concurso.

Roures presentó esta querella en febrero de 2016, más de cuatro años después, y en ella asegura que un informático había estado accediendo de forma sistemática a los correos electrónicos del fundador de Mediapro y se los reenviaba a Rosell y al entonces directivo del club Joan Carles Raventós.

En su declaración -en la que ha contestado a la jueza y fiscal pero no a la acusación- Rosell ha asegurado que nunca dio instrucciones de espiar los correos ni tampoco sabía si el que era responsable de IT de Mediapro y también acusado, Robert Cama, lo estaba haciendo.

Ha declarado como investigado Raventós, que ha negado las acusaciones, y Cama, quien ha asegurado que nunca recibió instrucciones de Rosell para espiar a Roures.

En su querella, el grupo Mediapro acusa a Rosell de un delito continuado de revelación de secreto profesional y de otro de hurto agravado por unos hechos que dicen se produjeron entre 2009 y 2011.

Según el escrito de la acusación, Cama estuvo accediendo hasta octubre de 2011 -cuando fue despedido- a los correos electrónicos, y el informático cobraba primero a través de la empresa Bonus Sport Marketing y luego directamente a través del propio FC Barcelona. Entre los correos hay negociaciones de derechos audiovisuales e intercambios de correos electrónicos con Guardiola, Laporta y representantes de jugadores, entre otros.