La Real Sociedad asaltó el fortín del Sánchez Pizjuán al ganar 1-2 al Sevilla, que llevaba diecisiete triunfos seguidos -trece en Liga- en su campo, donde no perdía desde el 3 de noviembre ante el Manchester City en una Liga de Campeones que ahora se le complica, al quedarse a nueve puntos del Villarreal.

El conjunto entrenado por el guipuzcoano Unai Emery, que se enfrentaba a su club de siempre, empezó dormido, aletargado, y esto le costó muy caro pronto. A los dos minutos, los realistas, muy bien colocados y que presionaron muy arriba en la primera mitad, marcaron el 0-1 al cabecear Markel Bergara una falta botada por Illarramendi.

El Sevilla no reaccionó a este varapalo, un auténtico mazazo en frío, y fue el cuadro donostiarra el que controló el juego y puso el ritmo que le convenía ante un apático y desacertado equipo andaluz, que nunca encontró el rumbo ni tuvo fe, ni claridad, para imponerse.

En un choque con pocas ocasiones, salvo un remate de Vela que se fue alto tras un rechace o un peligroso centro de Zurutuza, en una contra, que cortó providencial el polaco Grzegorz Krychowiak, los sevillistas pidieron sin éxito penalti al filo de la media hora por un posible empujón al francés Rami, cuando iba a rematar en el área.

Esto espoleó a los hispalenses, que, más por obligación que por juego, rozaron el empate en remates sucesivos de Gameiro y Vitolo, aunque se toparon con buenos despejes del argentino Gerónimo Rulli, y en acciones de Banega, que tiró desviado, y de nuevo del francés, pero el meta realista desbarató la ocasión con una magnífica salida

A once minutos del descanso, el Sevilla sufrió otro revés cuando, en un centro de la Real Sociedad, Sergio Rico y Krychowiak no se entendieron y, en una mala salida del portero, el polaco cabeceó hacia atrás y coló el balón en su portería. El 0-2 suponía una clara renta para los vascos y puso el choque cuesta arriba a los locales.