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CELTA-deportivo derbi GALLEGO en balaídos/

Un empate que sabe a poco

El equipo de Berizzo remonta el gol de Borges pero se muestra incapaz de traducir en el marcador su dominio en el derbi

Bongonda trata de controlar un balón, ante la mirada de Arribas, durante el partido de ayer en Balaídos. // Ricardo Grobas

El Celta ha vuelto a encontrar en el Deportivo la horma de su zapato. En su partido más preciado, ante una parroquia entregada, firmaron los de Berizzo un agridulce empate que no acaba de saciar su sed ni les basta para resarcirse de la derrota sufrida en noviembre en Riazor. En boxeo habría coseguido el Celta, si acaso, una victoria a los puntos pero en el fútbol deciden los goles y, pese a jugar más de 20 minutos en superioridad, no fue el conjunto vigués capaz de generar el suficiente capital futbolístico como para llevarse un partido en el que el rival se adelantó en el marcador y le generó no pocos quebraderos de cabeza para imponer su juego. En tales circunstancias, el punto hay que darlo por bueno.

VER GALERÍA | El derbi en imágenes. // Marta G. Brea/Ricardo Grobas

La variante bongonda

Berizzo sorprendió con una novedosa variante táctica al prescindir de John Guidettti, su nueve de referencia en la segunda vuelta, para dar la alternativa a Theo Bongonda, que ocupó el carril derecho del ataque a pierna cambiada con la idea de dar amplitud y velocidad al juego y explotar mejor el recurso de las bandas. El resto del once no sufrió variaciones: Sergio se situó entre los palos arropado por la defensa titular (Mallo, Sergi,Cabral y Jonny); Wass y Radoja formaron un inédito doble pivote y Orellana actuó como enganche con el trío de delanteros, con Nolito arrimado al costado izquierdo y Aspas como referente en vanguardia. La alineación blanquiazul fue más predecible. Víctor tiró de equipo tipo con el recuperado Sidnei en el eje de la zaga; Mosquera y Borges en la "sala de máquinas", Fayçal y Cartabria en los flancos y Luis Alberto y Lucas en punta.

el celta paga su impericia

Al igual que ocurrió en Riazor, al Celta le costó enchufarse al partido, no tanto por el empuje del rival, que inició el choque a la expectativa como las dificultades que tuvo el grupo de Berizzo para imprimir continuidad y coherencia a la elaboración del juego. Al Celta le costó dominar. No encontró espacios para progresar con fluidez pero sobre todo se mostró sumamente impreciso en el pase cuando trató de armar el contragolpe. La imprecisión céltica permitió al rival ganar el centro del terreno y asestar el primer golpe con una rápida y letal combinación: Cartabria sirvió en profundidad hacia Luis Alberto en el primer palo y Borges remachó a la red completamente libre de marca el servicio de éste en el segundo. De nuevo le tocaba al Celta remar contracorriente.

reacción y "nolazo"

El tanto blanquiazul espoleó al equipo celeste, que se fue con rabia a por el empate y ganó con algo más de facilidad el área de Lux. Orellana lo intentó en lontananza con un disparo que se fue por encima del travesaño en la primera aproximación seria de los célticos al portal deportivista, pero fue Nolito el que sacó las castañas del fuego al equipo de Berizzo con un golazo de inconfundible sello: el "nolazo". El sanluqueño, que ya suma 10 este curso, irrumpió por el pico derecho del área blanquiazul para cruzar en carrera un derechazo imposible para Lux, que se lesionó en la caída tras tropezar con Sidnei. Un golpe en toda regla porque muy poco antes del gol Balaídos contuvo el aliento cuando Wass, que arrastaba ya una amonestación, pegó un manotazo en la cara a Navarro en pugna por un balón aéreo y Fernández Borabalán le perdonó la expulsión.

Los celestes, que partir del empate comenzaron a explotar recurso de las bandas, pudieron ponerse por delante antes del descanso a balón parado, pero Manu, el sustituto de Lux, evitó primero con buena mano un gol olímpico de Nolito y Sidenei envió posteriormente por encima del larguero otro balón sumamente comprometido.

domino yermo y expulsión

No cambió mucho el guión tras el intevarlo: el Celta tuvo la pelota y el Deportivo dominó el espacio y controló daños agazapado en busca de una contra ganadora. Solo un golpe de inspiración o una acción de estrategia podía desnivelar la balanza. El Celta encontró un aliado en la expulsión de Arribas, que derribó a Nolito en el balcón del área y vio la segunda amarilla. Berizzo jugó entonces la baza de Guidetti, que suplió a Bongonda, con Iago ahora arrimado a la derecha y el Deportivo, que solo dejaba suelto a Lucas, ya del todo replegado en defensa del punto.

La maldición de aspas

Los 15 minutos finales fueron un fallido ejercicio de ataque celeste, que acaparó la pelota y embistió en oleadas pero no encontró el modo ni la combinación para traducir su dominio en el marcador para desesperación de Aspas, quizá el más activo y revolucionado de los celestes. El próximo año tendrá una nueva oportunidad de vencer o marcar en su partido más preciado.

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