En la antesala de la élite, clubes como el Marín Ence Peixe Galego saben muy bien todo lo que supone pelear por un sueño. La LEB Plata es una liga en la que los esfuerzos son mayores que en ninguna otra categoría del baloncesto nacional. Largos viajes en furgonetas en los que entrenador y delegado tienen que dejar a un lado sus funciones para coger el volante y recorrerse España. Y es que Javier Llorente Luis Santiago son los primeros en dejar claro que sin implicación nada de lo conseguido sería posible.

Ese identificación con una causa ha trascendido esta temporada mucho más allá del propio vestuario. La masa social ha crecido exponencialmente hasta los 750 socios. La entrada de una nueva directiva ha impulsado al club a unos niveles inéditos en A Raña que, sin ir más lejos, el pasado viernes reunió a más de 2.000 marinenses para celebrar el ascenso a LEB Oro.

Antiguos jugadores del Laxe de Marín, ahora padres de niños y niñas de la cantera "peixe", han decidido recoger el guante tendido por Luis Santiago a la hora de apoyar al club cerrando un primer año que sobrepasó con creces cualquier expectativa imaginable el pasado verano. Ni más ni menos que campeones de liga y copa.