La felicidad de John Guidetti es la felicidad de todos. Tanto de equipo como de afición. El delantero sueco rompe todo tipo de prejuicio. Es nórdico, pero no frío; es una de las estrellas emergentes del fútbol europeo, pero ha sabido esperar y ganarse su oportunidad a base de trabajo y paciencia. El escandinavo, que llegó libre en verano, se ganó a la afición desde el primer momento. El celtismo, por su parte, también supo esperar. Ese rendimiento acabó explotando en la Copa del Rey y en un inicio de 2016 brillante. Era sólo una cuestión de continuidad, de confianza. La adaptación al entorno y al contexto vigués estaba ya más que consolidada.

El "11" celeste destaca que sus estadísticas son el mejor aval para quitarse la etiqueta de futbolista revulsivo. "De los once goles que llevo, diez los he hecho siendo titular. Eso lo dice todo", afirmó Guidetti. El sueco, que admite que no le gusta ser el recambio habitual de Berizzo, señaló que respeta la decisión del preparador argentino.

Por otro lado, Guidetti destaca que el objetivo de la plantilla "es la felicidad para la ciudad de Vigo". En ese estado anímico reside la posibilidad de alcanzar el sueño de jugar en Europa la próxima temporada, un anhelo que para lograrlo el nórdico se abona a la máxima del "partido a partido". Además, el escandinavo apunta la importante baja de Iago Aspas el próximo domingo ante el Valencia. "Iago ama al Celta y para el equipo es muy importante tener a alguien que de verdad siente así al club". Guidetti, que afirma tener "muy buena química" con el moañés, reconoce sobre su socio en el ataque celeste que "él me da grandes pases y yo intento dárselos a él". De momento, lo que parecía un enfrentamiento por un puesto en el once ha desembocado en una sociedad que promete en devolver al Celta a Europa.