Parar la trayectoria de El Olivo esta temporada parece una utopía para todos sus rivales. La decimoséptima victoria del equipo vigués en solo dieciocho partidos disputados llegó bajo el mismo guión de las anteriores, es decir, con un incontestable dominio de la situación y una pegada abrumadoramente diferencial.

Después de unos primeros minutos de tanteo pronto empezarían a suceder cosas en las áreas, o más bien habría que referirse a solo una de ellas. La presión del equipo de David Ferreiro en la salida de balón del Atlético Arousana se convirtió en el primer camino de cara al gol. En un doble error en la iniciación del juego local, el robo sirvió para habilitar a Natalia que sorprendió con un disparo al palo corto que abrió el marcador.

Por contra no se descompuso el equipo de Nando González pese al palo recibido. A base de personalidad a la hora de tener el balón fue tuteando al poderoso líder. Incluso se permitió el lujo de tener algún acercamiento con cierto marchamo de gol, pero sin consecuencias reales.

La puesta en escena de El Olivo tras el descanso ya fue incontenible para el Arousana. Las visitantes salieron dispuestas a poner una marcha más y a partir del 0-2 ya no hubo manera de echarle el guante. Sandra finalizó una conducción con un perfecto remate tras una genial pared en la frontal del área y ahí empezó un partido nuevo que en nada se pareció a lo visto.

Las vilagarcianas ya vieron la empresa de puntuar ante el líder como imposible y eso se tradujo en una bajada de tensión evidente. Tanto fue así que el 0-3 nació de una inocente pérdida de balón que posibilitó a Sandra hacer el segundo gol de su cuenta particular.

Las locales le pagaron a su rival con la misma moneda cuando Carolina robó un balón en tres cuartos de campo y sirvió a Belén para que recortase diferencias con un buen remate cruzado. Pero enseguida reaccionaron nuevamente las viguesas con dos tantos más en un tramo final de partido que se jugó delante del área local. Primero Carla González y después Natalia, en ambos casos con disparos lejanos, marcaron los últimos tantos.