Responsables del Celta mantuvieron en la noche del pasado jueves una larga reunión con once de las sesenta peñas firmantes de un escrito de protesta contra el club en el que los aficionados denunciaban el exceso de celo de los servicios de seguridad en el acceso al estadio de Balaídos. El detonante del conflicto fue impedir el acceso al estadio de un veterano aficionado que portaba una antigua bufanda del colectivo Celtarras, no adscrito a la Federación de Peñas, pero también hubo quejas por los "malos modos" de los vigilantes, los "controles abusivos" en las puertas o la "nula defensa" por parte del club cuando "las peñas son señaladas desde fuera".

La presencia de símbolos de grupos violentos como los Biris o los Riazor Blues en el partido de Copa frente al Sevilla fue también duramente criticada por los peñistas, que no entienden el doble rasero del Celta, al que han exigido explicaciones, más flexibilidad y una disculpa pública.

Las explicaciones del club las han tenido, no así las disculpa pues los responsables celestes, que les han asegurado que todas estas molestias se derivan del estricto cumplimiento de la ley. Los aficionados han valorado la disposición del club a escuchar sus quejas y dar explicaciones, que no obstante han recibido de modo dispar, con lo que finalmente no se han concretado, al menos de forma generalizada, medidas de protesta para el duelo de esta tarde entre el Celta y la Real Sociedad. Cada peña elegirá por su cuenta el modo de actuar.