El Celta intenta romper el tópico de que el portero es un puesto tan específico que no admite rotaciones en una temporada. El plan de Berizzo es que Sergio Álvarez y Rubén Blanco continúen alternando la titularidad hasta el cierre de la Liga. La idea no es nueva en el fútbol, donde proliferan defensores y detractores de cambiar periódicamente de guardameta, pero en ningún otro sitio está de tanta actualidad como en Vigo, donde el vaivén de guantes no impide que el equipo celeste tuviese que aumentar sus expectativas deportivas tras su excelente comportamiento en la competición. La gran cantidad de goles encajados (51 en 28 jornadas) no se relaciona con las decisiones de Berizzo sobre sus cancerberos.

En el Real Madrid se vivió una situación parecida a la actual del Celta cuando en la década de los setenta del siglo pasado coincidieron en la misma plantilla el ourensano Miguel Ángel González y el madrileño García Remón. 246 partidos disputó el primero y 231 el segundo con el equipo blanco durante las quince temporadas que compartieron en el Bernabéu. Miguel Ángel cree que lo que le tocó vivir entonces no eran rotaciones, "sino que jugaba yo y por una lesión dejaba el puesto y entraba él [García Remón], que seguía en la portería hasta que había otra baja. Pero no era por rotación técnica", proclama el exguardameta gallego.

"Desde mi punto de vista", señala Miguel Ángel González, "las rotaciones en la portería son bastante arriesgadas porque lo que necesita el portero es continuidad para alcanzar confianza y el mejor momento de forma. Estar cambiando es agradable para el portero suplente, pero desde mi punto de vista no es aconsejable para el equipo".

De la misma oponión es Javier Maté. El exguardameta del Celta se formó en la cantera del Real Madrid y vivió de cerca el intenso duelo que mantenían Miguel Ángel y García Remón, al que sustituyó en los últimos minutos de una final de Copa contra el Valencia. "No me gustan las rotaciones en la portería", se muestra tajante Maté: "Puedo entender que esto sea de distinta manera, pero ya de por sí las rotaciones me parecen una manera fácil de tener a todo el mundo contento".

Tampoco Patxi Villanueva se aleja de la opinión de sus colegas. En su etapa en el Celta, Maté fue uno de los que le cerró el paso a la titularidad. "Yo no viví esa situación de rotaciones porque en mi época siempre jugaba uno todas las competiciones. No soy partidario de que se hagan esas rotaciones, salvo que cada uno tenga una competición".

Sin embargo, Villanueva considera que el Celta no se ha visto perjudicado por los cambios de guardameta. "El que le hayan metido tantos goles es por la forma de jugar que tiene el equipo".

En eso difiere Miguel Ángel: "A los porteros del Celta los veo con poca confianza este año. La temporada pasada vi a Sergio como más hecho y éste lo veo más nervioso. Cuando las cosas no te salen bien y el equipo encaja goles, el portero lo padece mucho. Es lo que estoy viendo, que no tiene la confianza del año pasado y posiblemente se deba a que el equipo juega más ofensivo, descuida más la defensa".

Maté se declara fan de los dos guardametas del Celta, a los que conoce de su etapa como director de A Madroa. "Me gustan mucho los dos porteros que tiene el Celta, poseen unas cualidades tremendas. Entiendo que a uno se le dé una competición y otra al otro. Eso entra dentro de la lógica porque tienen que estar activos. Desde fuera, sin saber los motivos ni en qué se basa el técnico, a mí personalmente me hubiese hecho daño porque he jugado también en esas circunstancias. Me pasé todo un año entrando y saliendo del equipo y no nos daban ninguna explicación. Pero es mucho mejor afianzarse en el puesto y, salvo por una baja de forma que lo justifique, no veo dónde está el beneficio, la verdad".

Villanueva proclama que las rotaciones "son muy raras en la portería, en muy pocos equipos se hacen. Este año también ha pasado en el Valencia, con Ryan y Jaume". Las sufrieron en ese mismo equipo Alves y Guaita, con Unai Emery. El técnico vasco aplicó el mismo plan en el Sevilla, con Palop y Varas. Más polémica provocó la decisión de José Mourinho de intercalar a Casillas y al lucense Diego López. Luis Enrique Martínez lo hizo el curso pasado con Bravo y Ter Stegen. El extécnico del Celta tomó una decisión salomónica en el Barça B: dividió en turnos de siete partidos la temporada para darle las mismas oportunidades a Oier, a Masip y a Miño. Paco Herrera también alternó a Yoel Rodríguez y a Sergio Álvarez durante la temporada del último ascenso del Celta a Primera. Ahora les toca a Sergio y a Rubén: "Veo a los dos fenomenal.Siempre he dicho que el Celta tiene porteros para mucho tiempo", añade Villanueva, que fue entrenador de ambos.