Parece un guiño del destino. Mientras el celtismo saborea el aniversario de una de sus mayores gestas, uno de los protagonistas de aquella noche, Edwin Van der Sar, regresa al foco mediático. El holandés es una de las leyendas del fútbol moderno. Se retiró tocando la cumbre con la yema de sus guantes. El 28 de mayo de 2011 se disputaba la final de la Champions League. Era el último partido de uno de los mejores guardametas de la historia y el FC Barcelona de Pep Guardiola impedía al neerlandés levantar su tercer título continental.

No era la despedida soñada para Van der Sar. Recibía tres tantos. Pedro, Lionel Messi y un golazo de David Villa. Ellos son, de momento, los últimos que han podido batirle. Este 9 de marzo, el portero holandés ha decidido colgar los guantes a sus 45 años de edad. No regresa a la élite, sino a la cuarta división del fútbol neerlandés. Este sábado regresará a la portería del VV Noordwijk, el equipo en el que comenzó a escribir su leyenda.

La lesión de portero titular de este modesto club holandés permitirá el retorno de un portero que tiene también su hueco en la historia del Celta. Curiosamente, el regreso de Van der Sar ha coincidido con una efeméride de la que el holandés no guardará buen recuerdo. El Celta firmaba un 9 de marzo del 2000 una de sus noches más histórica, una gesta en la que la Juventus de Turín dirigida por Ancelotti y liderada, entre otros, por Zidane naufragaba en Balaídos. El guardameta de los italianos era Van der Sar, ya por entonces uno de los mejores porteros del mundo. Aquel día tuvo que recoger el balón del fondo de su portería hasta en cuatro ocasiones. Para la historia queda ya la imagen en la que Edwin Van der Sar está arrodillado ante Mostovoi, una foto que resume a la perfección la derrota cómo "La Vecchia Signora" sucumbió al fútbol preciosista del Celta.