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fútbol internacional

La travesía de Manuel

Pellegrini, con la Premier prácticamente perdida, se juega en la Champions el recuerdo que deje en un Manchester City que aguarda la llegada de Guardiola

Pellegrini, el pasado sábado. // Efe

Desde que a comienzos de febrero el Manchester City hiciera oficial la contratación de Pep Guardiola para la próxima temporada, Manuel Pellegrini quedó en una posición muy incómoda. Todavía aspiraba a ganar cuatro títulos, pero su jerarquía ante el vestuario ya no sería la misma y tanto jugadores como aficionados se empiezan a preparar para lo que estaba por llegar. Poco a poco el City fue dimitiendo de los títulos en juego. La semana pasada levantó con justicia el menos importante de todos. Ganó a penaltis la final de la Copa de la Liga ante el Liverpool de Jürgen Klopp.

En Liga, aunque con un encuentro menos, tiene al sorprendente Leicester City ya a diez puntos de distancia, con Tottenham y Arsenal en medio. Los recientes empates en casa del West Ham United y las derrotas ante dos de esos rivales directos -Leicester y Tottenham- alejaron al equipo con mejor plantilla de la Premier League del título liguero. La derrota ante un Liverpool que se cobró venganza entre semana abrió más la herida, que no se cerró pese a golear este fin de semana al colista Aston Villa. Lo tendrá difícil para reengancharse a la pelea por el campeonato y lo peor es que su rival ciudadano y el West Ham amenazan con luchar hasta el final por cuarto puesto. A estas alturas el único trofeo de enjundia con el que el entrenador chileno puede despedirse de Manchester es la Champions League, algo que parece poco probable. Por plantilla, sin duda, los citizens serían candidatos al máximo título continental, pero su carencia de un estilo de juego definido y su irregularidad constante hacen impensable que la plantilla de Pellegrini pueda competir de tú a tú con gigantes como el Barça, el Real Madrid o el Bayern de Múnich.

La victoria por 1-3 en casa del Dinamo de Kiev deja al City a solo un trámite en el Etihad Stadium para asaltar, por primera vez en su historia, los cuartos de final de la Champions. Lo que sería un éxito en cualquier equipo, en el millonario Manchester City venía siendo una obligación tras los fiascos europeos que se sucedieron desde que el dinero emiratí convirtió al segundo equipo de la ciudad de Mánchester en una máquina de gastar.

La victoria en Champions vino precedida de una decisión muy polémica. Pellegrini había amenazado con tirar a la basura la FA Cup si su eliminatoria ante el Chelsea no se disputaba en sábado. La Federación mantuvo el partido el domingo 21 de febrero, tres días antes de que el City jugase en Champions. Pellegrini se plantó en el campo con un once inicial plagado de jugadores juveniles. Ni siquiera los suplentes eran mayoría. Se justificó asegurando que contaba con varias bajas delicadas y no podía arriesgarse a perder más jugadores. El Chelsea no tuvo piedad y condenó la inexperiencia de los canteranos visitantes con un durísimo 5-1 en Stamford Bridge. Segundo título que se le escapa a los citizens, a menos que se produzca una remontada histórica en liga.

La postura en FA Cup levantó una oleada de críticas en Inglaterra hacia Pellegrini. Y es que los puristas consideran un desprestigio tirar a la basura la competición de clubes más antigua del mundo. Una prueba más de que los técnicos extranjeros, acostumbrados a títulos coperos descafeinados en otros países, no le dan a la FA Cup la dimensión histórica que realmente tiene.

Cuando se anunció el fichaje de Guardiola, no era descabellado pensar en que el catalán se podría encontrar con un panorama similar al que tuvo que asumir al llegar a Múnich. Entonces Jupp Heynckes había ganado el triplete y Guardiola, en estos tres años, no pudo igualar aquella hazaña. Intenta en estos momentos devolver a los muniqueses a lo más alto de la gloria europea.

El exentrenador de Villarreal, Real Madrid y Málaga llegó a Manchester en 2013. Con el equipo más rico del país y claramente la plantilla de más nivel apenas consiguió levantar la Copa de la Liga en 2014 y la Premier ese mismo año. Sus equipos nunca encontraron la continuidad que se le presupone a una plantilla con tantos quilates. De todas formas, el chileno pasará sin duda a la historia de una entidad que en 134 años acumula solo cuatro ligas, dos de ellas desde la llegada del dinero procedente del petróleo árabe.

Con Joe Hart como portero asentado, defensas como Kompany, Mangala, Otamendi o Kolarov son capaces de lo mejor y de lo peor. Se les presupone una talla mundial, pero sus errores puntuales hacen que el conjunto Sky Blue se deje más puntos de los debidos. Mientras el City mantenga la posesión en campo contrario su potencial ofensivo de desata como un vendaval. Yayá Touré, al borde del área rival, recuerda todavía a su mejor versión, un jugador descomunal que conjuga calidad, visión de juego y potencia. Sin embargo, su alineación en el doble pivote junto con Fernandinho en la mayor parte de los encuentros mantiene al City desconectado en tareas defensivas. Touré se niega a bajar a defender, cada vez retrocede menos. Fernandinho tampoco mantiene el orden necesario y acaba recurriendo muchas veces a faltas evitables. Estos son los principales males que impiden a un equipazo como el City liderar con holgura el fútbol británico.

Las lesiones tampoco ayudan a Pellegrini. Agüero, que suma 16 goles, está cuajando su enésima temporada a un gran nivel, pero cada cierto tiempo suele caer lesionado. Silva también sufrió lesiones al igual que uno de los fichajes estrella de este año, Kevin De Bruyne, que está actualmente lesionado y no llegó a explotar como se preveía. Tampoco lo hizo Sterling, aunque su talento es innegable cuando tiene el día de cara. Precisamente Touré, de Bruyne y Sterling siguen a Agüero en la tabla de goleadores del equipo, con 6 tantos del costamafileño y otros tantos del extremo inglés. La perla belga marcó 5 goles esta campaña. El canario David Silva y De Bruyne son los jugadores clave a la hora de generar ocasiones. 10 y 9 asistencias han firmado respectivamente. Mucho menos determinante está siendo la participación del extremo derecho Jesús Navas. En punta Wilfred Bony tampoco alcanza el nivel necesario para convertirse en un sustituto de garantías del Kun Agüero, a pesar de lo caro que fue su fichaje. El punta costamarfileño empezó el año en la enfermería.

Los meses que le quedan por delante a Pellegrini marcarán el recuerdo que deje en el City. La esperanza de impulsar hasta lo más alto al club que promete Guardiola sin duda jugará en detrimento del chileno a la hora de establecer comparaciones.

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