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El "Tucu" Hernández: "El Celta se toma cada partido como una final y eso se nota en el campo"

El chileno valora la continuidad que ha logrado en el once titular y apuesta por la clasificación para Europa

Pablo Hernández protege el balón ante Escalante y Jota en el duelo ante el Eibar en Balaídos. // José Lores

- Parece que últimamentete se está acomodando a la posición de pivote y es precisamente ahí donde está encontrando su mejor nivel de juego.

- Sí, la rotación de cambiar de media punta a doble cinco me ha encajado bien. Me siento cómodo ahí, pero lo más importante es que he logrado continuidad y esto es lo que me llena de satisfacción, independientemente de la posición en que juegue. Gracias a Dios estoy encontrando mi ritmo y me siento importante en el equipo.

- Como pivote ha encontrado un gran cómplice en su compatriota Marcelo Díaz. ¿Ya habían compartido esta posición en la selección de Chile?

- En la selección no hemos tenido la oportunidad de compartir el doble cinco, yo jugaba más adelantado. Pero hemos encontrado una conexión en la cual uno sabe lo que puede hacer el otro y es importante tener esa complicidad que nos sirve y le da un buen ritmo de juego al equipo.

- Pues da la sensación de que llevaban jugando juntos ahí toda la vida.

- No, no. Lo hemos entrenado estos días y nos fuimos conociendo, así que uno sabe lo que puede hacer el otro y trata de darle opciones. Es lo más simple para el jugador y lo mejor para el juego, eso se está viendo ahora.

- Primero llegó Orellana, más tarde Berizzo, que dirigió a O´Higgins y estuvo también en la selección, luego usted y ahora Marcelo Díaz. Este equipo casi podría llamarse Real Club Celta de Chile.

- Sí que somos unos cuantos, primero le tocó a Fabián, luego Eduardo, a mí y ahora a Marcelo...

- ¿Se parece en algo el Celta a la selección chilena?

- No, el Celta es el Celta, un equipo que es lindo verlo desde afuera por la intensidad con que juega y también es un equipo loco que por ahí hace grandes partidos, aunque creo que a veces nos pasamos de locura y lo terminamos pagando. Pero el que ve al Celta le gusta por el buen fútbol que hace dentro del campo de juego.

- Hay quien dice que el Celta juega como si no hubiese mañana.

- Sí, es una buena forma de decirlo. Es un equipo que se toma cada partido como una final y eso se nota en el campo de juego. Cuando estamos conectados, corremos todos y el balón comienza a fluir, generamos muchas situaciones de gol. Muchas veces no las convertimos del todo pero lo más importante es esta forma de jugar nos ha llevado a una situación privilegiada que tenemos que cuidar cosechando la mayor cantidad de puntos que podamos.

- El técnico, el presidente y buena parte del plantel han modificado el discurso de la permanencia y apuntan ahora a la UEFA. ¿Qué ha cambiado teniendo en cuenta que el equipo lleva arriba y jugando muy bien toda la temporada?

- Quizá porque tenemos un equipo corto sabíamos que nos iba a costar. A lo último, gracias a Dios, estamos recuperando jugadores que vienen de lesiones y de tarjetas rojas que son importantes para el equipo. Pero nada, nosotros sí que creemos en lo que podemos dar y, una vez que la salvación está ya casi hecha, tenemos que pensar en otras cosas. Ahora pensamos en poder ganar un lugar en Europa que sería un premio por todo lo que hemos hecho este año.

- Tengo la impresión de que, consciente o inconscientemente, el objetivo de hacer algo importante este año siempre ha estado en la cabeza de la plantilla. ¿Lo cree así?

- Seguro. Eso siempre está. Nosotros no pensamos en lo que pueda llegar a pasar, sino que buscamos lo que queremos. Somos nosotros los que marcamos nuestro futuro. Hemos sacado una cantidad de puntos que nos deja tranquilos en el tema del descenso y hemos agarrado el gustito de ganar y poder lograr un lugarcito en Europa, que ahora es lo más importante.

- Desde ese punto de vista, el último triunfo logrado ante un rival directo, como el Eibar, debe impulsarles hacia ese objetivo.

- Sí. Teníamos que ganar ese partido y yo creo que hemos superado ampliamente al Eibar al margen de los dos goles que nos meten al final. También puede pasar que te piten un penal o cualquier cosa pero creo que en el partido fuimos muy superiores al Eibar, un equipo que juega bien y que por algo tiene los puntos que tiene. Era importante lograr la victoria y no lo podíamos dejar pasar. Ahora toca enfrentarse a lo que viene.

- Que no es poco porque esta semana van a volver a jugar tres partidos y, además de visitar al Getafe, se enfrentan a rivales tan fuertes como el Villarreal o el Real Madrid. ¿Cuántos puntos daría por bueno sacar en estos tres encuentros?

- Deberíamos sacar seis puntos o los nueve. Debemos enfocarnos en lograr la mayor cantidad de victorias posible y por qué no llegar a sumar los nueve. Pero creo que lo más importante ahora es lograr estos tres puntos que vienen. Y luego en casa con el Villarreal o en el Santiago Bernabéu puede pasar cualquier cosa. Son grandes equipos con grandes jugadores, que pueden hacer la diferencia, pero nosotros también sabemos cómo funcionar y cómo jugar.

- ¿Supone un estímulo adicional el hecho de que el Celta todavía no haya conseguido ganar nunca en el campo de Getafe?

-Sí y no. Sería lindo ganar en ese campo y es lo que vamos a intentar. El año pasado lo hicimos en Barcelona. Con el Celta puede pasar cualquier cosa. Como dije, este equipo juega cada partido como si fuese una final y pueden salir las cosas o pasarnos un poco de revoluciones. Pero si nos mentalizamos como venimos haciendo y encaramos la recta final pensando en la victoria, creo que eso se puede dar.

- El Getafe acumula cinco derrotas consecutivas y puede meterse en muchos problemas. ¿Les conviene su angustia o puede ser un arma de doble filo?

- No sé. No se pueden confiar ni se pueden relajar porque se están jugando el descenso. Esto influye mucho, pero lo principal es que nosotros hagamos un partido serio, como siempre tratamos de hacer. Debemos tratar de llegar a la victoria haciendo el mejor fútbol que podamos. Esto es fútbol y siempre es más difícil cuando uno está presionado. De todos modos, no nos podemos confiar y menos con un rival que se está jugando el descenso.

- El Celta defiende una propuesta impagable para el espectador desde el punto de vista del juego pero últimamente está encajando demasiados goles. ¿Es éste el principal problema que hay que corregir en esta recta final de la temporada?

- Sí. En general el equipo juega de arriba para atrás y, si no ajustamos bien la presión o fallamos en la recuperación o en el marcaje, nos descompensamos porque atacamos con seis jugadores y esto siempre comporta riesgos. El Celta es un equipo loco, que puede hacer grandes partidos, pero a veces paga caros los descuidos y acaba sufriendo más de lo cuenta. Por eso, a partir de ahora, nuestro propósito será mantener nuestro arco a cero porque los goles van a llegar. Debemos enfocarnos en eso.

- Una última curiosidad. ¿La decisión de cambiar esta temporada el dorsal 5 por el 8 fue por superstición, por si le iban mejor las cosas, o esto no ha tenido nada que ver?

- No, para nada. El número 8 siempre es el que más me a gustado y lo he llevado siempre que he podido pero la pasada temporada ya estaba ocupado. Este año se ha quedado libre y no me lo pensé mucho. Siempre he jugado con el 8, es el número que más me gusta.

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