Dos estados de ánimo de enfrentan el sábado en el Alfonso Pérez. Por un lado el Celta que ha recompuesto su ánimo tras el último triunfo frente al Eibar y el físico con la recuperación de todos sus lesionados (excepto Fontás) y la descarga que ha supuesto el adiós copero. Y por otro lado el Getafe, inmerso en su tramo más complicado de la temporada, en medio de una negra serie de resultados que le ha llevado a encadenar cinco derrotas y cuatro partidos sin marcar un solo gol. De estar pendiente de las plazas europeas, ha pasado a mirar de reojo a los equipos que ocupan zona de descenso y que se encuentran a solo cinco puntos de ellos.

Se dan muchos ingredientes para que el estadio de Getafe sea asaltado al fin por el Celta y se rompa ese mal fario que parece acompañar a los vigueses cada vez que asoman por esa zona de Madrid. En el entorno del equipo dirigido por Escribá existe una evidente inquietud y desde el vestuario azulón se insiste en lo esencial de la cita ante el conjunto de Eduardo Berizzo. La última derrota frente al Levante, que afrontaba el partido como colista, ha hecho mella en el Getafe y en su técnico, Fran Escribá, que lanzó un mensaje muy duro en rueda de prensa tras el partido.

"Cuando uno hace lo que hemos hecho se merece el resultado y meterse en problemas. A mi equipo le ha faltado todo. Venir aquí a justificar algo, contar mentiras, no va conmigo. La sensación que tuve es que el Levante se jugaba algo y nosotros nada. Siento vergüenza y me resulta difícil estar aquí sentado sin saber qué decir", dijo el técnico valenciano.

La racha de cinco partidos perdiendo que ha encadenado el Getafe iguala a la peor de su historia en la máxima categoría en una temporada, que corresponde a la pasada, cuando entre las jornadas 32 y 36 cayó frente al Athletic (4-0), Levante (0-1), Barcelona (6-0), Granada (1-2) y Rayo Vallecano (2-0).

Para concentrarse, analizar errores y preparar el partido contra el Celta, el Getafe ha trabajado este martes a puerta cerrada y está previsto que lo haga hasta el viernes, en la previa, de la misma manera. Práctica poco habitual, pero que demuestra la tensión con la que se vive la semana en Getafe.