El estadio Philips de Eindhoven, el PSV y su fortaleza en casa ponen a prueba al Atlético de Madrid y su gran ambición, la Liga de Campeones, el desafío pendiente de un grupo ganador, apartado el domingo de la lucha por la Liga e ilusionado con un reto de tremenda exigencia.

Desde hace dos años, desde que un gol en el minuto 93 de Sergio Ramos provocó una prórroga y una derrota cruel del club rojiblanco, este torneo es el anhelo del Atlético, que lo ha ganado todo en la era Diego Simeone (una Liga, una Copa del Rey, una Supercopa de España, una de Europa y una Liga Europa)... menos la Champions.

"En la Champions tenemos una ilusión y un sueño muy lindo, que nunca lo escondimos y siempre lo dijimos: intentar ganar una Champions", expuso el lunes el uruguayo Diego Godín, un líder en el campo y en el vestuario del conjunto rojiblanco. Y uno de los jugadores que sufrieron aquella derrota en Lisboa hace dos años.

Esa ilusión pasa hoy por Eindhoven. En el Atlético saben que el partido de ida es mucho más que media eliminatoria, más aún lejos del estadio Vicente Calderón. El año pasado, remontar en casa el 1-0 con el que perdió en Leverkusen en el primer choque le costó 120 minutos y una tanda de penaltis para acceder a los cuartos de final.

Este partido será especial para el argentino Augusto Fernández, centrocampista del Atlético de Madrid, que "cumple un sueño" a sus "casi 30 años" con su debut en la Liga de Campeones.

"Nunca la jugué. Para mí, a mis casi 30 años (los cumplirá el próximo 10 de abril), es estar cumpliendo un sueño, así que esperemos que todo salga bien", valoró en declaraciones a la página web oficial del Atlético el ex céltico durante el viaje en avión a Eindhoven.