- Celebra su cumpleaños volviendo a casa con un oro bajo el brazo.

- Sí, la verdad es que sí. Es una buena forma de celebrarlo.

- Su compañera Berta Betanzos y usted logran el oro en un Mundial en el que, a priori, luchaban por acabar entre las diez primeras...

- Fuimos bastante precavidos en nuestras previsiones porque es verdad que es un Mundial casi de pretemporada para nosotras porque terminamos en noviembre la temporada con el Mundial y luego tuvimos una concentración bastante larga en diciembre en Río. Llegábamos después de un trabajo muy fuerte y éramos conscientes de que con respecto a otros equipos podíamos estar un poco más en calentamiento. Berta y yo siempre salimos a ganar, conscientes de nuestras posibilidades, y en Florida conseguimos aprovechar muy bien nuestras condiciones para poder tener la sensación de liderar la clasificación y mantenernos ahí arriba. Al final sí que resultó muy buen campeonato porque el trabajo que se hizo previamente, aunque no sabíamos si llegábamos a tiempo, pudo lucir de la mejor manera.

- ¿Es lo que necesitaban para confirmar que el camino a Río va viento en popa?

- Este oro en el Mundial te da la confianza en el trabajo que estás haciendo y en la posibilidad de que puedes llegar con opciones reales de luchar. Luego ya sabemos que en los Juegos tienes que navegar y tienes que hacerlo perfecto para conseguir la medalla, pero por lo menos ya sabes que el trabajo que has hecho durante todos estos años te lleva a tener opciones. Este es un premio a la trayectoria que estamos llevando Berta y yo de constancia, de trabajo y de no tener prisa por que lleguen los resultados. Somos conscientes de que el tiempo es necesario y no nos cansamos de explicar que los resultados no van a llegar el primer día porque se necesita tiempo para conocer el barco y para adaptarnos la una a la otra. Este oro ha llegado en el momento perfecto, en un campeonato internacional, un podio que estábamos buscando, y volvemos con la confianza de que la espera fue necesaria, de que el trabajo está bien hecho, aunque tenemos los pies en la tierra y sabemos que tenemos que seguir trabajando estos seis meses para poder llegar aún mejor a Río, si puede ser.

- ¿Qué ha cambiado en estos últimos meses para dar ese estirón hacia el oro?

- Nuestra ilusión es la de aprender día a día y la verdad es que nuestra progresión ha sido ascendente. En el Mundial de Santander conseguimos nuestra plaza quedando octavas, en Buenos Aires fuimos sextas, pero a cinco puntos del podio y llegamos a liderar la flota. Estábamos cerca, nos faltaba rematar, y aquí lo conseguimos. Los aprendizajes que hemos tenido durante todo este tiempo han dado sus frutos. Ya en diciembre (en la Copa de Brasil, en Río de Janeiro) fuimos segundas, por lo que esto no viene de la nada. Aquí supimos aprovechar nuestras condiciones cuando hubo los días y no fallamos e hicimos los mejores puestos que podíamos hacer. La clave fue ser regulares cuando tus condiciones no te favorecen y cuando las tienes, no dejar que se te escape ni una. Eso, y la tranquilidad y serenidad con la que afrontamos el campeonato.

- ¿Se traen muchos deberes de Florida?

- Es increíble. Siempre salimos con una gran lista de tareas por hacer que no sé si algún día dejarán de salir. Yo espero que no porque eso es muy bueno. Al acabar siempre hacemos una lista de qué tenemos que entrenar para la próxima regata y de cómo tenemos que hacerlo y esa lista sigue creciendo. Y eso, la verdad, es que me da alegría, porque quiere decir que podemos seguir mejorando. Hay que seguir trabajando, porque esto es un premio al trabajo que estamos haciendo, pero Berta y yo sabemos que lo vamos a utilizar para que nos empuje y a seguir luchando.

- ¿Y la suerte, influye?

- Yo soy partidaria de dejar a la suerte lo menos posible, por lo tanto si localizamos que hay condiciones en las que somos más flojas, no tan fuertes como en otras, hay que ir realmente a por ellas y convertirlas en fuertes de un tirón. En Florida hemos demostrado que en unas condiciones determinadas somos las mejores y que en otras no, pese a las que hemos conseguido ganar el Mundial. Ésas son las que hay que atacar y convertirlas en fuertes para que cuando lleguemos a Río no tengas que depender de si hace un viento u otro para estar arriba, sino que solo tengas que depender de ti.

- ¿Aumenta ahora la presión sobre Berta y usted de cara a Río?

- No lo veo así. Es un reconocimiento de nuestras compañeras hacia Berta y hacia a mí ante la posibilidad de que somos un equipo a batir. Lo veo más como eso y no como la presión de que 'eres la campeona del mundo y ahora tienes que?'. Hemos ganado un Mundial porque hemos demostrado en el agua que fuimos superiores pero dentro de un mes viene otra regata y tienes que volver a demostrarlo porque como haya otro equipo mejor que tú te va a quitar el triunfo. Entonces es más como un respeto dentro de la flota.

- ¿No rechaza el papel de favorita en Río?

- Si hay presión, creo que tiene que ser más positiva. Lo veo como algo positivo y vengo encantada con este oro porque por fin puedo decir gracias a toda la gente que nos ha apoyado, cuando éramos dos chicas que tuvimos la idea loca de montarse en un barco que vuela para intentar ir a unos Juegos, y no había muchos a nuestro favor. Así que ahora a los sponsors, a la Federación y a nuestros entrenadores les damos las gracias por apoyarnos cuando éramos un equipo que teníamos trabajo e ilusión y ahora podemos darles una recompensa que es un oro mundial.

- Y Río, ¿ocupa ya todos sus pensamientos?

- Es nuestro objetivo principal de este año y está en la cabeza de todos los equipos y nuestra preparación es para y por Río. Todo lo que hacemos ahora y las concentraciones y entrenamientos que haremos están enfocados en ese objetivo.

- ¿Y este oro de Florida hace que piense más en el oro olímpico?

- No, lo mismo, lo que nos hace es disfrutar más el camino.

- ¡Qué poco queda para agosto!

- Estamos ya en la recta final. Nos sobran dedos para contar los meses ya. La verdad es que los años pasan volando. Solo pensar que faltan seis meses para estar en Río y aún tengo muy presente cuando hace cuatro años volvía de Londres. Ojalá se pueda volver a repetir ese regreso tan feliz.