Los componentes del Kayak Tudense realizan todos los días un recorrido de al menos 130 kilómetros, ida y vuelta, para poder trabajar. Es la distancia que separa Tui de Verducido. Diez más si se trata de Castrelo de Miño y algo menos a Portugal. Un gasto de energía, y también económico, que afecta a todos. "Esta temporada nos tenemos que adaptar a esto, pero seguimos en la lucha. Es complicado", afirman los técnicos. Los problemas se han complicado en la actual semana. La nieve en A Cañiza y las bajas temperaturas en Ribadavia les han llevado a tomar la decisión de acudir directamente a Verducido, donde las condiciones son mejores.

El Kayak Tudense tendrá dentro de un mes su primera gran cita de la temporada. Acudirá al Campeonato de España que se disputará en Sevilla con el objetivo de reeditar el título de campeón que logró en años precedentes. También tiene el reto de conseguir que varios de sus palistas compitan en los Juegos Olímpicos. Para ello deberán superar un exigente calendario de controles selectivos.

Esteban Alonso, que junto a Manuel Pedrales se encarga del diseño de la preparación del equipo, desvela: "El invierno no nos ha dado un día de tregua. Ya es curioso que en un deporte donde el agua es un elemento esencial tengamos estos problemas". Los dos viven pendientes del caudal del Miño. En muchas ocasiones han tenido que programar desplazamientos a última hora. En toda la temporada solo han podido realizar allí una docena de sesiones de entrenamiento. Casi una anécdota después de casi seis meses de trabajo constante. El río no está en las mejores condiciones. Alonso explica que "el caudal es intenso y eso provoca también una corriente muy fuerte. Así es imposible trabajar bien". A ello se une el riesgo de que el agua baja turbia e incluso con elementos que pueden dañar las embarcaciones.

Se han dado situaciones curiosas. La intensa niebla les obligó a refugiarse un día en el gimnasio ante la falta de visibilidad. Otra vez la crecida del río elevó en varios metros el pantalán que utilizan habitualmente. Este elemento incluso apareció lleno de pájaros que lo ocupaban en su totalidad.

En vista del "extraordinario panorama", en el Kayak Tudense ya se plantean algunas soluciones urgentes y no previstas en el programación inicial. Una de ellas es realizar una concentración durante varios días en Castrelo do Miño. "Es algo que estamos valorando", revela Alonso. "Es un momento importante de la temporada y los palistas no pueden realizar ya más esfuerzos extraordinarios. Nos pasamos demasiado tiempo en la carretera". También supone para el club un gasto imprevisto.

A todo ello se debe sumar el desgaste sufrido por sus medios de transporte. A cada entrenamiento se desplazan en furgonetas de nueve plazas y un remolque con las embarcaciones. Una de ellas ya se encuentra al borde de la jubilación por exceso de kilómetros.

El equipo tudense se pasa una media superior a las dos horas todos los días en la carretera. También cuando acude a Ponte da Lima, una localidad portuguesa cuyo club cuenta con unas magníficas instalaciones y además tiene una nueva presa que facilita el embalse del agua, lo que constituye un elemento vital para trabajar en las condiciones ideales. "Ya nos gustaría tener aquí esas instalaciones. Son un ejemplo", recalca Alonso.