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Castigo excesivo a un Celta valiente

El equipo vigués se sacude las bajas para firmar en el Camp Nou un ejercicio de valentía castigado con una cruel goleada

El danés del Celta Daniel Wass conduce la pelota ante el azulgrana Sergio Busquets durante el choque disputado anoche en el Camp Nou. // LOF

El Celta ha muerto en el Camp Nou con las botas puestas. Privado de su tridente y con bajas notables en la retaguardia, exhausto por el desgaste enorme de una semifinal de Copa heroica, el grupo de Berizzo sacó anoche fuerzas de flaqueza para ofrecer un impagable ejercicio de dignidad futbolística frente a un rival de otro plantea. El atrevimiento de la propuesta celeste, yendo a buscar al Barcelona a su propio terreno, dificultando su salida de pelota, la generosidad en el esfuerzo para contener al coloso y el compromiso inquebrantable de este Celta con el fútbol de ataque obligaron al conjunto de Luis Enrique a recurrir a su mejor versión para destrabar un partido igualado en el primer tiempo, que las estrellas azulgranas, eficazmente dirigidas por una gran Andrés Iniesta, inclinaron tras la reanudación a golpe de pura genialidad.

La osadía del Celta, su ambición para reclamar la pelota y tratar al gigante como a un igual, acabó sufriendo un castigo desmesurado, cruel, impulsado por la voracidad un adversario insaciable, que pareció tomarse la goleada como una cuestión personal y que solo acabó sometiendo a los celestes cuando el cansancio les obligó a relajar la intensidad de la presión en campo azulgrana, las tarjetas pasaron factura a la defensa y el tridente del Barcelona activó el modo imparable y destapó el frasco de las esencias.

eficaz planteamiento

Al Barcelona volvió atragantársele el osado planteamiento con que Berizzo salió a buscarle. El técnico céltico tenía muy claro que buena parte de las opciones defensivas y ofensivas de su equipo iban a depender de dónde perdía cada uno el balón y optó por presionar la salida del pelota del conjunto de Luis Enrique, que tuvo verdaderos problemas para tomarle el tempo al partido.

El Toto salió con lo puesto: Mallo, Cabral Jonny y Planas en defensa, con el de Matamá como central izquierdo para intentar salir al paso a Messi. Radoja, Pablo Hernández y Wass integraron el medio campo y el ataque lo solventó también con lo único que tenia a mano: Beauvue en la derecha, Señé a la izquierda y Guidetti en punta. La novedad en la estrategia estuvo en situar a Wass por delante de Radoja y Hernández, junto a Busquets, para dificultar la elaboración del juego azulgrana. La estratagema de Berizzo cortocircuitó la circulación del pelota del Barcelona, al que le costó ganar el área de Sergio. Los dos equipos se repartieron en esta fase el gobierno del juego y las ocasiones. Neymar y Messi pusieron el peligro del lado azulgrana y Señé, con un tiro desde el balcón del área tras una inteligente dejada de Guidetti, rondó el gol por los célticos.

messi y guidetti

Con el manejo de pelota trabado y el Celta rondando su área, el Barcelona tuvo que recurrir al talento de Messi, su mejor hombre, para destrabar el choque. Lo hizo aprovechando una acción a balón parado, una falta de Planas a Luis Suárez que el rosarino, después de avanzar cinco metros para situar el balón, convirtió en el primer gol con un lanzamiento imposible para Sergio.

El golazo de Messi no descorazonó al Celta, que buscó la sorpresa con una imponente volea de Beauvue que sacó con apuros Contreras y encontró en la combatividad de Guidetti el camino del empate. El fajador sueco peleó con Jordi Alba un balón que parecía perdido y acabó forzando el penalti que él mismo convirtió en el 1-1 con lanzamiento imparable.

vendaval azulgrana

El objetivo del Celta de intentar defenderse lo más lejos posible de su portería se frustró en el segundo tiempo con una salida en tromba del Barça que obligó a los celestes a retrasar muchos metros en el achique del espacio. Sergio, no obstante, impidió inicialmente el despegue azulgrana con una gran parada a Neymar y Suárez estrelló luego en el balón en el poste tras otra maravilla del brasileño. Pero fue Messi, incontenible cuando se lo propone, el que volvió a desatrancar el partido con una obra de arte. Con un toque sutil, como quien no quiere la cosa, elevó el balón por encima de la defensa, hacia Suárez, que fusiló a Sergio engatillando el balón de primera.

reacción celeste

El segundo tanto azulgrana debería haber doblegado definitivamente la resistencia de los célticos, pero los de Berizzo sacaron fuerzas de flaqueza, dieron un paso al frente y acariciaron por tres veces el empate con dos acciones muy claras de Wass que rechazó con pericia Contreras y un disparo envenenado de Guidetti que no encontró portería. Fue el canto del cisne porque en el minuto 75 el Barcelona acabó inclinando el choque con un segundo gol de Luis Suárez tras una combinación de todo el tridente, iniciada por Messi, que despejó el camino, y madurada por Neymar, que puso un balón en la línea de gol que el uruguayo solo tuvo que empujar al fondo de la red. Fue la puntilla para el Celta, que solo entonces bajó los brazos y sufrió la crueldad de un rival que completó la victoria con un penalti de dudoso gusto, anotado por Messi y Suárez a la limón, y los goles de Rakitic y Neymar.

conclusiones positivas

La inmerecida goelada encajada anoche en el Camp Nou no resta méritos a los celestes y permite, pese al resultado, extraer no pocas conclusiones positivas: el talante irreductible de este equipo y su vocación de fidelidad al fútbol de ataque, el paso adelante dado por secundarios como Planas o Señé, el crecimiento sostenido de Guidetti y la cada vez más interesante aportación de los nuevos, de Beauvue, que deja nuevos detalles en cada actuación, pero sobre todo el talento de Marcelo Díaz en el manejo de la pelota, su dominio de la pausa y su maestría en la arquitectura del juego.

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