El Olivo, líder del grupo 1 de Segunda División, engorda su récord de victorias, quince ya consecutivas esta temporada en otros tantos choques, mantiene la distancia con el Peluquería Mixta Friol (nueve puntos aunque con un partido más), al que visitará en dos semanas, y aportó a su afición un encuentro tan emocionante como trabajado en el que lo único escaso fue la diferencia final en el marcador, que mereció ser más amplia por el torbellino de juego de las viguesas en el segundo periodo.

Las de David Ferreiro continúan la cuenta atrás para la fase de ascenso, a la que únicamente acudirán los siete campeones de grupo y el mejor segundo de todos ellos. De nuevo dos eliminatorias certificarán, a doble vuelta, el pase a Primera División.

Pero mientras llega ese esperado último fin de semana de mayo, las viguesas ofrecieron un excelente partido en el Pahiño, exactamente el trigésimo quinto sin perder en la liga regular en Vigo desde la lejana derrota de abril de 2013 ante el Oviedo Moderno. Ahora, otro equipo asturiano, el correoso y disciplinado Femiastur, presentaba batalla a las anfitrionas con seriedad defensiva y agazapado a la contra.

Las viguesas, que se adelantaron como siempre tras dar varios avisos, se encontraron con el mazazo del empate por un error propio y a pocos minutos del descanso. Con el 1-0, el once astur tuvo sus opciones y fue avisando, primero con un lanzamiento de falta, luego un saque de esquina? Hasta que llegó su momento. La central Andrea Mirón, demasiado confiada en superar a las dos jugadoras que la rodeaban, perdía el esférico y la carrera de Liber y su habilidad para tocar el balón con la puntera sobre la salida de la arquera local definían la sorpresa.

El Olivo no tardó en reaccionar. San tuvo la oportunidad de poner de nuevo por delante a las olivas, pero su disparo fue atajado por la meta visitante. Los equipos alcanzaban en tablas los vestuarios.

¿Había partido? Eso parecía. Pero Nati, excelente en el choque, sorprendía a la guardameta del Femiastur con un disparo cuando esta se hallaba adelantada. Habían pasado dos minutos de juego. El mazazo era evidente, aunque el cuadro avilesino no perdió el sitio. Por contra, el gol sí supuso el asentamiento definitivo de las de Ferreiro, que a partir de ahí crearon media docena de ocasiones gracias al despliegue por ambas bandas.

Con todo, San, que gozó de varias oportunidades -desde fuera, en remate a bocajarro y de cabeza- y el larguero, primero en un centro chut de Ceci y después en una falta lanzada por Nati, confirmaban que el torrente de juego local carecía de fortuna a la hora de incrementar la diferencia.

El Femiastur, por su parte, seguía intentando asustar, ahora con alguna contra, pero las olívicas resolvieron atrás sin grandes problemas. El Olivo suma y sigue. Y con fútbol de salón.