El Kayak Tudense cruzó la frontera para entrenarse en Ponte da Lima (Portugal). Esa ciudad, a 42 kilómetros de Tui, es la más importante del país en el piragüismo. Su club tiene 25 años de existencia y en el mismo se encuentra Fernando Pimenta, su palista más importante. Es el único portugués que logró la medalla de plata en K-2 1.000 metros en los Juegos Olímpicos de Londres.

Gabi Pavón, Rubén Millán, Manu Garrido, Diego Piña, Roi Rodríguez, Aarón Diéguez, Adrián Macedo y Gabriel Hernández realizaron en el río Lima su entrenamientos juntos a los portugueses. Esteban Alonso se encargó de la dirección.

Los componentes del Kayak Tudense partieron de las instalaciones de su club tras cargar los barcos en el remolque y tardaron poco más de media hora en recorrer el trayecto entre ambas ciudades. Al llegar se encontraron con unas modélicas instalaciones recién inauguradas. El Club Ponte da Lima posee un enorme local social, un magnífico gimnasio, un gran pantalán, facilidades para poder aparcar tanto vehículos como remolques, enormes rampas de acceso a las instalaciones y además las autoridades construyeron una presa para que el río pudiera tener las mejores condiciones para el piragüismo. Pero uno de sus grandes valores lo forman los más de 300 jóvenes que practican esta modalidad deportiva, obligatoria en las clases de gimnasia en los colegios.

Fernando Pimenta, medallista olímpico, recibe a los tudenses. Es alegre, extrovertido. Muestra su satisfacción por tener ya la plaza para participar en los Juegos de Río el próximo mes de agosto. Está atento a todos los detalles. Y se une a sus amigos españoles, a los que incluso da consejos. Junto a él se encuentra Laurens Pannecouke, un destacado deportista belga que conquistó el diploma olímpico en Londres. Se encuentra realizando una concentración con sus amigos de Ponte da Lima.

Helio Lucas es un hombre dinámico. "Aquí, en este club, hago de todo", es una de las primeras cosas que dice. Presume de que su equipo es el que más campeones nacionales tiene. Se encarga de la organización, de la preparación de todos los detalles. Abre las puertas de los enormes vestuarios, distribuye las estructuras para que los barcos no tengan que ser colocados en el suelo y ofrece a Esteban Alonso una lancha motora para que pueda realizar el entrenamiento.

El técnico se pone a trabajar. Dispone de un río amplio, en buenas condiciones. El paisaje también anima. Los palistas tienen poco tiempo para contemplar una espectacular vista de la ciudad. Y además tienen que navegar entre los arcos del magnífico puente de piedra que une las dos orillas.

Son dos recorridos de ida y vuelta. Dos exigentes sesiones que Esteban Alonso califica de "excelentes, por la buena disposición y capacidad de trabajo de los deportistas". Cuando finalizan y se acercan al pantalán se encuentran con cientos de embarcaciones de los "esperanzas", como en Portugal se llaman a los componentes de la cantera.

Antes de abandonar el recinto, Helio Lucas vuelve a preguntar si todo ha transcurrido con normalidad. La respuesta es afirmativa. Los componentes del Kayak Tudense se marchan de nuevo a Tui, conscientes que volverán a un lugar mágico y emblemático para el piragüismo.