Pep Guardiola ha fichado por el Manchester City, al que dirigirá durante tres temporadas, según anunció ayer el club del norte de Inglaterra. Guardiola, que había hecho pública su intención de dejar el Bayern de Múnich, tomará las riendas del club inglés al principio de la temporada 2016-17. "Manchester City puede confirmar que en las últimas semanas ha iniciado y concluido negociaciones contractuales con Pep Guardiola para que sea el primer entrenador del MCFC para la temporada 2016-17 de la 'Premier League' en adelante", dice la nota. El club indica que el contrato es "por tres años" y aclara que las negociaciones que han llevado a este acuerdo son "un reinicio" de otras que quedaron interrumpidas en 2012.

La vida de Pep Guardiola ha sido un periplo siempre en busca de nuevas experiencias futbolísticas, que lo han llevado a lo más alto, primero como jugador y, después, como entrenador, donde pasará de Múnich a Manchester.

Su fase final como jugador se puede definir como un proceso de aprendizaje ante su siguiente carrera, la de técnico. Guardiola asumió el primer equipo del Barcelona en junio de 2008, y su primera temporada y media la cerró con seis títulos de seis posibles -entre ellos la Liga de Campeones y el Mundial de Clubes-; y, de paso, le propinó una goleada histórica al Real Madrid en el Santiago Bernabeu (2-6).

La "leyenda Guardiola" como técnico había nacido con un éxito que en el futuro sería difícil de superar, por no decir imposible. En el Barcelona estuvo cuatro años en los que siguió acumulando títulos. Así, en 2011 volvió a ganar la Liga de Campeones -que se le escapó en 2010 al caer en semifinales ante el Inter de José Mourinho- y el Mundial de Clubes.

En 2012, el Barcelona de Guardiola perdió la liga con el Real Madrid. Además, se quedó en semifinales en la Liga de Campeones ante el Chelsea. Guardiola pareció entender que era hora de irse y buscar otros horizontes,

En cuatro años en el Barcelona Guardiola sumó 14 títulos de 19 posibles; y representó una forma de jugar al fútbol sobre la que se habló de uno a otro extremo del planeta. Era, sin duda, el Barcelona de Leo Messi pero también el Barcelona de Guardiola.

El debate posterior fue sobre si ese fútbol podía trasladarse a otro equipo que no tuviera jugadores como Messi, Xavi o sin Iniesta; y si Guardiola podía tener éxito fuera del entorno en que se había hecho grande.

Tras un año sabático, en Nueva York, Guardiola asumió el Bayern Múnich, que acababa de ganar el triplete con Jupp Heynckes en el banquillo y que, de paso, en semifinales de la Liga de Campeones había destrozado al Barcelona de Tito Vilanova con un 7-0 global.

El listón no podía ser más alto. Guardiola despertaba expectativas por lo que había hecho en el Barcelona y llegaba a un club que había ganado todo lo que se podía ganar con su antecesor.

Los directivos del Bayern trataron de reducir la presión diciendo que la única obligación era ganar la Bundesliga. Pero Guardiola se encargó de volver a subir el listón diciendo que era consciente de que había llegado a un club en el que sólo valía el triple.

Su primer título con el Bayern fue la Supercopa de Europa. La Supercopa alemana se le había escapado ante el Dortmund de Klopp.

En diciembre de 2013, ganó el Mundial de Clubes; y la temporada la cerró en 2014 con el doblete de Bundesliga y Copa de Alemania.

La Liga de Campeones terminó para el Bayern en semifinales, donde fue derrotado por el Real Madrid.

La segunda temporada en el Bayern, la cerró Guardiola ganando la Bundesliga y en la Liga de Campeones fue eliminado por el Barcelona.

Le queda coronar su trabajo en Múnich -necesita la Liga de Campeones- y, luego, seguir el camino a Inglaterra, donde podría convertirse el primer entrenador en acumular en su palmarés los títulos de la Liga, la Bundesliga y la Premier.