No sorprende lo que le sucedió ayer a España en la segunda mitad. La selección ya encaraba esta segunda fase siendo una de las selecciones con una media anotadora más baja en todo el torneo. Tampoco estamos logrando convertir goles de contraataque. Las rotaciones de los titulares se notan en exceso. Antonio García, Mindegia y Dujshebaev estuvieron perdidos. En 23 minutos de la segunda mitad solo se marcaron cuatro goles. España llegó a encajar un parcial de 0-7. En esos momentos alguien debería haber recordado que aunque asumiendo la derrota, convenía controlar la diferencia de goles. El seleccionador danés lo tuvo claro al pedir un tiempo muerto a falta de treinte segundos. Un gesto polémico en otras circunstancias; normal en esta situación. Ganamos de tres goles a Alemania. Hemos perdido de cuatro con Dinamarca. Cuidado.

Es difícil ganar a los daneses marcando 23 goles aunque Sterbik realice una actuación prodigiosa. El de ayer era un partido muy importante aunque no eliminatorio, como los anteriores ante Dinamarca. En el Mundial de Catar ganamos de un gol en el último segundo; en el de España, con claridad para ser campeones. En ambos estaba Sterbik en la portería. Marca diferencias, pero no puede ganar solo. Enfrente Landin, otro de los mejores porteros. A la conclusión, el primero finalizó con 46% de paradas y el segundo, con el 44%. Pero Sterbik, en la primera parte, llegó a moverse en el 75%. Impresionante.

Manolo Cadenas ha tenido que recomponer su sistema defensivo ante la baja de Gedeón Guardiola, que se ha roto el meñique. Hay que apurar las opciones de que juegue. Manolo apostó por el 5.1 con Ugalde de avanzado y lo fue alternando con el 6.0, con Cañellas y Morros en el centro de la defensa. El nuevo sistema funcionó muy bien en la primera mitad. En la segunda, con el lastre del bloqueo total en ataque, ninguna de las alternativas defensivas supo cerrar las zonas centrales. Pero aunque puede haber momentos de flaqueza a atrás, el problema de España está claramente identificado y es el ataque estático, sin conexión con la segunda línea. Con Sterbik somos capaces de conquistar medallas. Pero ni siquiera él puede ganar solo.