El serbio realizó ayer posiblemente uno de sus mejores partidos como jugador del Celta. Conviene no olvidar que también estuvo en la escandalosa victoria sobre el Barcelona de hace unos meses. El centrocampista estuvo a un nivel soberbio y fue pieza esencial para que los vigueses se impusiesen al Atlético en una zona del campo donde los de Simeone son tan fiables como poderosos. Ejemplar en lo táctico, brillante con la pelota en los pies, desatado en el aspecto físico. Tras un comienzo titubeante fue comiendo terreno y ganando área de influencia hasta terminar por convertirse, junto a Pablo Hernández, en el duelo del partido. Una gran noticia.