Pablo Dapena se lo llevan los demonios cada vez que abre el Facebook, convertido en una ventana desde la que puede asistir a distancia a los feroces entrenamientos que desde el 3 de enero protagonizan en Fuerteventura Javi Gómez Noya y el grupo de triatletas que le suele acompañar en estos periodos de preparación. El pontevedrés debería estar con ellos en Las Playitas -el complejo en el que se suelen instalar en enero- cimentando la que debería ser una temporada muy importante para él. Una hernia inguinal se ha cruzado en su camino y le ha obligado a romper la planificación que había trazado para este 2016 en el que aspiraba a repetir la experiencia de hace un año de estar en alguna prueba de las Series Mundiales. Ayer fue operado en Pontevedra y hoy comenzará la convalecencia en su casa. Aunque le duele más en el alma, se toma la situación con resignación y, puesto a calcular, imagina que en un mes y medio podría estar entrenando en plenitud con la idea de recuperar buena parte del tiempo maravilloso que va a perder en este comienzo de año.

El triatleta pontevedrés confiaba en que esta temporada le quitase el mal sabor de boca de 2015 en el que una fractura por estrés en la tibia cortó de raíz su meritoria evolución y que le había permitido disfrutar en Ciudad del Cabo de su primera experiencia en las Series Mundial. En Sudáfrica logró el puesto 31, algo que sumado a sus buenos resultados en las primeras pruebas de la exigente Copa del Mundo le había permitido escalar posiciones en el ranking mundial y aspirar a meter la cabeza en más pruebas de las Series Mundiales. Pero los tres meses sin poder correr condicionaron la segunda parte de la temporada aunque regresó a tiempo de sumar los puntos suficientes para situarse en el puesto noventa del ranking. Pero en las últimas pruebas del año los problemas aparecieron en una nueva forma. Molestias al correr, cierta incomodidad y la sensación de que algo le estaba limitando. No pudo acabar la Copa del Mundo de Tongyeong (Corea) y en la Copa de Asia de Hong Kong llegó a la meta de manera milagrosa. Llegó el tiempo de descansar, de dejar pasar el tiempo y de comenzar a hacer planes para la temporada que estaba a punto de comenzar. Los planes eran construir en Fuerteventura la base para lo que vendría después ("yo siempre digo que Fuerteventura para mí es el 70 por ciento de la temporada") y comenzar a buscar luego puntos y resultados. Algo seguía sin ir bien hasta que los médicos le sacaron de dudas: tenía una hernia inguinal y era preciso que pasase por el quirófano. El peor momento de los últimos meses, la sensación de tristeza, dolor e infinita rabia al saber que gran parte de lo que ha ido construyendo en los últimos meses se perderá de forma inevitable y que costará voltear un año que nace torcido: "Lo peor ha sido conocer la noticia. No imaginas que te van a decir algo así, que te van a anunciar una lesión como ésta", explica desde la habitación del hospital. Se siente fuerte de ánimo, con la seguridad de que pronto comenzará a "hacer cositas" y que en un mes y medio estará en condiciones de entrenar a pleno rendimiento: "El problema es que ya habré perdido muchos puntos por entonces...ahora sirve de poco hacer planes o calcular cómo va a ser la temporada. Estar bien es lo primero y a partir de ahí ir planificando los pasos que iré dando. Con calma, poco a poco. No me toca otra cosa que poner el contador a cero y empezar de nuevo desde abajo. No hay otra manera de verlo".

Muchos compañeros de profesión ya le han explicado la clase de problemas y de molestias que le esperan, le han dibujado cómo será el progreso y le tranquilizan sobre el futuro. Dapena se siente fuerte porque "soy muy cabezón, a veces demasiado" y ya sabe lo que es enfrentarse a problemas físicos importantes: "Hay que tener paciencia y pronto iré olvidando esto". Precisamente para no olvidarse en exceso ha entrenado hasta el día antes de la operación (evitando la carrera a pie) y ni los temporales que han arreciado sobre Galicia estos días le han apartado del trabajo. Una filosofía de vida hay en muchas de esas decisiones.

Mientras inicia el proceso de recuperación recibe muchos ánimos desde todas partes y procura no asomarse demasiado a las redes sociales y a la página de Facebook por donde aparecen las sesiones de entrenamiento de los inquilinos de Las Playitas en Fuerteventura: "Es lo que más me duele en estos momentos. Verles, saber qué están haciendo y yo verme aquí. Ya les he avisado de que no se extrañen si me desconecto de alguno durante algún tiempo. Sabrán entenderlo".