Sin Nolito, que apura su recuperación, y contra Augusto, que regresaba a Balaídos como rival solo diez días después de despedirse, plantó anoche cara el Celta al líder bajo el aguacero, pero no pudo evitar que el eficiente equipo de Diego Simeone infligiese a los de Berizzo una tercera derrota consecutiva que frena sus aspiraciones y evidencia la dependencia de los celestes de sus principales figuras.
El partido deja sensaciones agridulces por el impecable comportamiento de los hombres de Berizzo en el trato a la pelota y la fidelidad del Celta a una propuesta valiente y atractiva, pero también arroja sombras sobre la capacidad del equipo para sobreponerse a las bajas y la endeblez del banquillo.
La variante danesa
Ante la ausencia de Nolito por cuarto encuentro consecutivo, Berizzo apostó frente a los colchoneros por explotar la versatilidad de Wass, que formó por primera vez este curso en el flanco derecho del frente de ataque, que completaron Aspas, Bongonda y Orellana, éste por detrás del moañés, en la posición de enganche. Radoja y el "Tucu" Hernández formaron en el eje de la medular como "doble cinco" por detrás del cuarteto defensivo titular (Mallo, Cabral, Sergi y Jonny) y Sergio, que regresaba a la portería tras la debacle de Rubén en Málaga.
En el Atlético lo más llamativo fue la titularidad de Augusto, el excapitán celeste, solo diez días después de haber rendido su último servicio al Celta y dejar en caja dos millones y medio escasos. Los aplausos de hace unos días por los servicios prestados del capitán se tornaron anoche en silbidos que la afición aderezó con ingeniosos cánticos en los que Augusto ha pasado a ser "Disgusto".
Buenas sensaciones
A diferencia de lo ocurrido hace unos días en La Rosaleda, sin Nolito, ni Augusto (en este caso contra Augusto,) el Celta ofreció desde el inicio del choque buenas sensaciones. Y frente a un equipo que se presentaba en Balaídos en busca del campeonato de invierno y que domina con incomparable maestría el juego especulativo -te espera, te mata en una contra o en un balón parado y gestiona magistralmente su renta- lo hizo siendo fiel a sus señas de identidad, apostando decididamente por la pelota. Con esta propuesta, reclamando el balón y elaborando hacia el portal de Oblak plantó el cuadro celeste, especialmente en los 20 primeros minutos del primer tiempo, cara al colíder de la Liga. Faltó sin embargo precisión en el último pase para concluir las jugadas y hacer mella en la mejor defensa del campeonato (8 goles en 19 partidos y solo 3 a domicilio) que, fiel a su reputación, concedió muy pocos resquicios a los celestes. Aspas, con un cabezazo con mucho veneno que se perdió por la línea de fondo, y Griezmann en una contra excelentemente armada que el francés culminó con un disparo alto protagonizaron las mejores acciones de cada equipo en un primer tiempo marcado por la igualdad.
gol psicológico
Fiel a su costumbre esta temporada, el Atlético golpeó en la línea de flotación con un gol cuando nadie lo esperaba, nada más reanudarse el partido tras el intervalo. Lo hizo en una hermosa triangulación entre Koke, Griezmann y Vietto que el artista francés enhebró y culminó.
El Celta no se arrugó tras el gol y replicó con una gran acción de Bongonda, que se internó en la área y sirvió un balón en boca de gol cuando Wass armaba la pierna. Orellana, de nuevo el mejor de los célticos, probó luego sin éxito el disparo tras una buena jugada personal.
escaso arsenal
Amén de contar con una plantilla corta, uno de los grandes problemas del Celta esta temporada es la notoria diferencia de calidad y experiencia entre titulares y suplentes. Esta distancia es especialmente evidente en el frente de ataque, donde tipos como Nolito, Orellana y Aspas marcan la pauta y no cuentan, salvo quizá en el caso de Guidetti, con sustitutos de primera línea y éste es seguramente uno de los mayores problemas con los que tiene que lidiar Berizzo cuando toca remontar y la razón por la que muchas veces tarda tanto el técnico celeste en realizar los cambios.
La apuesta del "Toto" fue ayer juntar a Aspas y Guidetti, que suplió a Radoja (luego entraron Borja Fernández por el Tucu y Señé por Bongonda) en un esquema de dos delanteros (4-4-2) con Orellana en banda y Wass al medio campo. La estrategia no dio resultado porque el Atlético aprovechó los espacios que el Celta dejó a sus espaldas para sentenciar el choque en un contragolpe culminado de nuevo por Griezmann que dejó al equipo celeste sin capacidad de reacción.
