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El Dakar que pudo ser

El rally hubiera salido de Galicia en 2009 y 2010 en caso de seguir en África, donde podría volver

Boceto del logo que hubiera tenido el Dakar en la salida de 2010. // FDV

El Dakar hubiera salido en 2009 de Vigo y en 2010 de Santiago. Todo estaba acordado entre la Xunta y Amaury Sport Organization (ASO), propietaria de la prueba. Galicia fue una víctima colateral en los acontecimientos que obligaron a llevar el rally a Sudamérica. "Nos queda la lección de que todo se puede conseguir con esfuerzo. Y la pena de que no se pudiese llevar a cabo", indica Arturo Malingre, uno de los que edificaron aquel proyecto.

Una conversación entre amigos en el otoño de 2005 lo originó todo, un delirio de sobremesa que pudo convertirse en realidad. Allí estaban Maligre, socio de la productora de eventos Promevi y que como parte de Interstar Deporte representa los intereses de Eusebio Sacristán; José Carlos Andrés, entonces de Organizia, entrenador y hoy ayudante de Eusebio en la Real Sociedad; y José Enrique Elvira, de Eventos del Motor. Traer el Dakar a Galicia implicaba viajar a París. Enrolaron como cicerone en los despachos galos a Daniel Dutuel, el ex centrocampista céltico, que aún vive a caballo entre su país y Vigo, dedicado a seguros de deportistas.

Los cuatro se plantaron el 14 de diciembre de 2005 en las oficinas de ASO, que también gestiona el Tour de Francia y otros muchos negocios millonarios. Una empresa a la que supusieron rodeada de aduanas imposibles. Sin embargo, superaron los filtros y se reunieron con el director de eventos deportivos, Gilles Giourdan, al que presentaron su propuesta.

Lisboa iba a acoger el inicio del Dakar en 2006, 2007 y 2008. Los gallegos plantearon que Vigo podría tomar el relevo de la capital portuguesa en 2009 y Santiago en 2010, año jacobeo. La presencia de los participantes coincidiría con la apertura de la puerta santa de la catedral. Esa edición sería promocionada como "el cruce de caminos", con salida de una sede espiritual del cristianismo y llegada al Senegal musulmán, uniendo fraternalmente culturas y religiones.

Giourdan se mostró interesado. Los planes fueron cuajando. Elvira, Malingre, Andrés y Dutuel estudiaron en enero de 2006 en Lisboa las complejidades organizativas del Dakar. Una comisión de ASO se trasladó a Galicia en julio de ese año para estudiar ubicaciones para las verificaciones técnicas, la salida y actos protocolarios: en Vigo, Ifevi, Samil y Montero Ríos; en Santiago, multisusos del Sar, Monte do Gozo y el Obradoiro como gran escenario del parque móvil. Lugo y Ourense serían tierra de paso de la primera etapa en alguna de las dos ediciones. Faltaba el soporte institucional. El director xeral de Deportes de la Xunta con el bipartito, Santi Domínguez, y Giourdan sellaron el acuerdo mediante un apretón de manos en diciembre, en el restaurante olívico Saíllo.

"La Xunta había aceptado las condiciones económicas y el cuaderno de encargos. En ASO se habían quedado muy satisfechos en su visita técnica. La propia ilusión que vieron en la gente de aquí les animó. Era un reto importante y lo habíamos conseguido. Solo faltaba la firma", recuerda Maligre.

Todo empezó a derrumbarse en 2007. Dos etapas del Dakar de ese año fueron suspendidas por causa de la inestabilidad política que se vivía en el norte de África, especialmente en Mauritania. Grupos salafistas -corriente fundamentalista suní- fijaron su punto de mira en el rally. ASO anunció a sus socios gallegos que todo quedaba en el aire. Las amenazas se hicieron más frecuentes. Los rumores de suspensión se concretaron el 2 de enero de 2008. El Dakar se reanudaría en 2009 pero ya en Sudamérica, sin aperitivo europeo. En Lisboa, donde debería haberse anunciado a Galicia como siguiente sede, el sueño quedó enterrado.

"Nos queda la sensacion gratificante de haber conseguido algo que parecía imposible. Pero en el momento aquello supuso un mazazo", acepta Malingre. "Fue por causas que escaparon a nuestro control, así que no tiene sentido perder energía en ello".

El Dakar se plantea regresar a África. Lo ha confirmado el director del Dakar, Etienne Lavigne. Ya no sería en el norte, sino por Angola, Namibia y Sudáfrica. Malingre, sin embargo, no creo que el proyecto gallego pueda resucitar. "No tenemos contacto con ellos. Me extraña que quieran volver a Europa. Tal vez pretenden presionar a Brasil para que se una, no lo sé. Lo que planteamos tenía sentido entonces. Hoy todo el mundo está a la espera de acontecimientos".

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