El Barcelona fue incapaz de superar la telaraña tejida por el Espanyol, en un partido en el que los azulgrana tuvieron las mejores ocasiones y dispusieron de dos remates al palo, pero no pudieron superar al nuevo equipo de Constantin Galca. La delantera más goleadora del pasado año no pudo marcar en el derbi catalán.

Solo en los primeros minutos del segundo tiempo los azulgrana dieron la sensación de superioridad para poder resolver el encuentro, pero el Espanyol superó el mal momento y sacó un empate que le sabe a victoria.

Enredado en un partido sin fútbol, una trampa letal para el preciosismo de los azulgrana que sufrieron frente a un aguerrido Espanyol, que dejó sus intenciones de jugar el balón en el vestuario y desde el primer minuto del partido se dedicó a destruir.

La declaración de intenciones del técnico del Espanyol, Constantin Galca, se quedó a medias. Si desde la pizarra y la alineación prometía disputar la posesión del balón a los azulgrana, en el fondo los blanquiazules jugaron a complicarle la vida al rival, más que a intentar acercarse a la meta de Claudio Bravo.

El Barça jugó con poca convicción en el primer tiempo. Pese a represntarse en Cornellá-El Prat con su equipo de gala, a los azulgrana nunca se les vio cómodos sobre el terreno de juego ante la agresividad de un rival que no daba una pelota por perdida. Messi jugó por el centro y ni Jordi Alba ni Dani Alves aprovecharon los boquetes que dejaba la defensa local para acercarse a la meta contraria.

De hecho en el primer tiempo, solo hubo dos ocasiones claras de gol. Una falta lanzada por Leo Messi a la cruceta de la meta de Pau López (minuto 36) y un saque de esquina lanzado por Marco Asensio y que Piqué sacó bajo palos ante el error de Bravo (minuto 26).

La puesta en escena mostró las intenciones de uno y de otro. El Barça intentaba dominar el juego y el Espanyol optaba por recuperar el balón en campo contrario para sorprender. Por eso unos y otros estuvieron muy incómodos sobre el terreno de juego, los azulgrana por la falta de clarividencia, el Espanyol porque no sabía muy bien qué hacer cuando tenía el balón.

Galca cambió el dibujo, de un 4-2-3-1 a un 4-4-2, con Marco Asensio como acompañante de Caicedo, y tuvo sus mejores momentos entre los minutos 20 y 25, con cuatro saques de esquina. Todo era fuerza e intensidad más que calidad.

Con el paso de los minutos apareció más Iniesta y también tuvo más presencia Messi en el juego. Además, el Espanyol bajó un poco el ritmo en la recta final del primer tiempo y fue cuando los azulgrana se sintieron más cómodos, aunque sin crear peligro ante Pau más allá de esa falta rematada por el argentino a la cruceta de la meta local.

Pero todo pareció cambiar desde el primer minuto del segundo tiempo. Salió dispuesto el Barça a variar la inercia del partido y arrinconó a su rival, que empezó a achicar agua como pudo.

En tres minutos, los de Luis Enrique tuvieron dos ocasiones claras. En la primera Neymar no acertó y en la segunda Messi se encontró con un defensa en su intento de batir a Pau. Sin embargo, la ocasión más clara fue de Luis Suárez.

El uruguayo firmó una jugada magnífica, dribló a Pau y disparó al palo prácticamente a puerta vacía (m.55), el segundo remate de los azulgrana a los palos del partido.

Le dio respiro Galca a su equipo con la entrada de Gerard Moreno por Burgui en el minuto 59. El Espanyol ya no tenía piernas frescas, no llegaba a las coberturas tan fácilmente, pero frenó la sangría azulgrana que después del ímpetu inicial redujo el ritmo.

Hasta el final del partido la mejor ocasión fue de Neymar, en un acrobático remate más estético que efectivo (m.76). El 0-0 supone para el Barça mantener su racha de invicto en Cornellà ante el Espanyol, pero también la posibilidad de perder el liderato, aunque los azulgrana tienen un partido pendiente.