El celtismo traspasa fronteras. No se reduce sólo a Vigo o a Galicia. El amplio número de emigrantes gallegos y el buen fútbol que lleva practicando el Celta en los últimos años provoca que el equipo vigués cuente con seguidores de diferentes puntos del planeta. Es el caso de Hidetoshi Mori, un japonés que se enamoró del cuadro celeste en la época en la que Mazinho era el jefe de máquinas del conjunto olívico.

Hidetoshi, más conocido como Tosinho, cumplió hoy su sueño. Aterrizó en Peinador, donde le esperaban miembros de la peña Celtas do Verdugo, colectivo del que es socio. Como regalo de bienvenida le han entregado una camiseta celeste firmada por todos los jugadores del primer equipo.

Mañana será el gran día para Tosinho. Será el momento de ser una de las mil gargantas que intentarán empujar al Celta hacia la victoria. Además de visitar Balaídos, los miembros de la peña Celtas do Verdugo mostrarán a este celtista japonés Pontecaldelas y los rincones más emblemáticos de Vigo, la ciudad del equipo de sus amores.