Su contrato por el filial céltico incluía una cláusula en la que al año siguiente tendría que incorporarse al primer equipo. Josep Señé irrumpió en la plantilla del Celta sin apenas opciones de jugar. Es más, era de los primeros en caerse de las convocatorias. Pero el catalán no cayó en el desánimo y continuó esperando una oportunidad. En la Liga le llegó en el último minuto ante el Sporting. La Copa podía ser su gran oportunidad, y la aprovechó. Se ganó la confianza del técnico, que ayer apostó por él para la banda derecha del ataque. El catalán, que acaba de cumplir 24 años, intervino en los dos goles y estrelló el balón en el larguero. Fue una pesadilla para el Granada. Además, destaca su compromiso en defensa. Berizzo tendrá que replantearse el fichaje de un interior diestro.