La revisión que el Comité de Apelación ha efectuado de las sanciones impuestas por Competición al Academia Octavio ha sido recibida en el club vigués como una victoria judicial. El presidente, Javier Rodríguez, y sus colaboradores siguen creyendo que lo que sucedió en el partido con el Bidasoa no merecía castigo alguno, pero sabían que Apelación no podía modificar de forma tan radical lo decidido en primera instancia.

El Comité de Apelación razona las decisiones que ha tomado en su resolución. Aunque acepta el acta como principal prueba, de cuya validez solo cabe dudar en caso de error flagrante, considera que Competición no valoró de forma adecuada lo sucedido.

Apelación deja sin efecto la clausura del Central por un partido (el encuentro contra el Alcobendas debía disputarse, en tal caso, a 100 kilómetros de Vigo). Acepta que desde 1984 la pista olívica no ha sido apercibida de cierre. Y toma en consideración el relato aportado por Javier Rodríguez, que certifica que no hubo ningún incidente con los espectadores que alterase el orden público.

Los árbitros buenenses Daniel Portela y Martín Rodríguez relataron que "un espectador bajó a la pista" y se dirigió a ellos diciéndoles: "Soy el presidente y quiero impugnar el partido". Rodríguez admite que no debió decir impugnar, sino protestar o denunciar, lo que sí le permite el reglamento. Apelación, aunque no comparte la actitud del presidente del Octavio, entiende que no puede aplicarse el artículo 50.A del reglamento disciplinario. La conducta incorrecta del presidente no puede considerarse conducta incorrecta del público. Por tanto, no proceden ni la clausura del campo ni la multa de 1.500 euros.

Los árbitros expulsaron con tarjeta roja al ayudante de Jabato, Peque. Aseguran que, levantando los brazos, les gritó: "No tenéis ni puta idea" y "aquí no volveréis a arbitrar más". Apelación admite como atenuantes el arrepentimiento de Peque y su limpio historial durante 18 años dedicados al balonmano. Por otra parte, Competición le impuso un mes de sanción "por insultar y tratar de intimidar a los árbitros". Apelación niega que exista insulto, solo menosprecio, y cataloga los hechos como leves, reduciendo la sanción a dos partidos.

En el caso de Jabato, en el anexo al acta se describía que el entrenador "agarró la mano del árbitro sin soltarla, impidiéndole marcharse", a la vez que gritaba: "Me voy a encargar personalmente de que no volváis a este campo". Competición le impuso dos meses de sanción.

El Academia Octavio, en su recurso, también aludió a la falta de antecedentes de Jabato en sus 23 años como profesional y aseguraba que el agarrón no fue tal sino un apretón de manos. A petición de Competición, los árbitros aseguraban que ese apretón "duró más tiempo de lo habitual en un saludo". Apelación, aunque niega la validez del arrepentimiento de Jabato por carecer de espontaneidad, niega que exista insulto o intento de agresión y rebaja la sanción de dos meses a tres partidos. Contra el fallo cabe recurso ante el Tribunal Administrativo del Deporte, pero el club vigués da por concluido el proceso.