Es época de aniversarios significativos para el Academia Octavio. El club cumplirá a mediados de 2016 sus cincuenta años de existencia si es capaz de salvar la categoría. El plan de viabilidad diseñado la pasada temporada exige conservar la plaza en Honor Plata. El adolescente equipo vigués, inmerso en una mala dinámica, colista en la tabla, necesita refuerzos. Yailán Hechavarría es el lateral zurdo que el cuerpo técnico desea. El cubano sería el único extranjero en la plantilla, pero también el último de una larga serie. Hace 25 años que Rafael Gazimov inició la secuencia.

Yailán Hechavarría está completando los trámites necesarios para salir de Cuba mientras el Octavio, por su parte, va atando los cabos económicos de la operación. Un último documento retrasa el viaje del lateral, que ya no llegará a tiempo de disputar mañana el trascendental derbi con el Cisne. Si nada se tuerce, Hechavarría podrá jugar cuando la competición se reanude el 10 de enero, ante el Alcobendas.

Tener extranjeros, e incluso de gran calidad (Mikulic, Lvov, Nesterov), ha sido algo común en los últimos 25 años de vida del Octavio. El chileno Salazar y el portugués Diogo Oliveira cumplieron esa cuota en el anterior ejercicio. No los hubo, por contra, en los primeros 25 años y tampoco en la temporada en curso; metáfora del efecto que la crisis está teniendo en el balonmano actual, casi amateur fuera de Asobal y en regresión. En el caso académico, ese retorno temporal se cifra en el cuarto de siglo.

El conjunto olívico, entonces patrocinado por Pilotes Posada como durante tanto tiempo, militaba en Primera Nacional B en la liga 90/91. Una categoría destinada a desaparecer en la recién nacida era Asobal. Divididos en tres grupos con catorce integrantes, los cinco primeros de cada uno y el mejor sexto ascenderían a Primera Nacional A. Los restantes descenderían a Segunda Nacional.

El Pilotes, a medio camino, renqueaba. Fichar al primer extranjero en la historia de la entidad fue el remedio al que acudieron. Rafael Gazimov fue el elegido: un primera línea diestro, de 28 años y 1,94 de estatura, de etnia tártara, natural de Kazán, en aquella Unión Soviética a punto de implosionar.

Gazimov debutó en un derbi con la SAR, partido del que se recuerda un gol suyo desde el centro del campo como mejor prueba de su poderoso brazo. Sin embargo, su llegada no varió el rumbo de la escuadra. Andrés Martínez y Andrés Acuña dejaban la dirección técnica del Pilotes el 11 de febrero. Carlos Rey se hizo con las riendas. El 24 de febrero aterrizaba el segundo fichaje extranjero, el portero Alexander Golubkov, un moscovita de 34 años, que se estrenó ante el Caja Vital vitoriano.

El Academia Octavio, pese a estas incorporaciones, se quedó en principio fuera de los elegidos para conformar la Primera Nacional A. Fue la desaparición del Puerto Cruz la que abrió esa división a los vigueses. Golubkov se marchó. Gazimov siguió a las órdenes de Rey. Las puertas para los extranjeros quedaron abiertas. Prazolov fue el siguiente, formando pareja con el pionero. En la temporada 92/93 llegó Bodourov. Con él, y el añorado Alejandro López al mando, se logró el ascenso a la Asobal. Comenzaban los años más brillantes del Octavio.