El Celta ya se ha entregado a la tarea de buscar sustituto para el capitán Augusto Fernández, que ya prepara las maletas para marchar de Vigo dado su inminente traspaso al Atlético de Madrid. Se trata de una operación a tres bandas, en la que entra el conjunto argentino Vélez Sarsfield como agente activo. Falta únicamente la firma, aunque las partes ya dan por hecho el fichaje hasta el punto de que la dirección deportivo del conjunto vigués ya se mueve en el mercado de invierno para buscar un sustituto del centrocampista, amén de afinar el "olfato" para reforzar la zona defensiva.

La lesión de Tiago en el partido contra el Espanyol del pasado 28 de noviembre ha tenido al Celta como víctima colateral. El luso, hombre de confianza de Simeone, se ha fracturado la tibia y estará varios meses de baja. El técnico argentino, aunque se haya frenado la cesión de Saúl Ñíguez y en enero llegue Kranevitter, ha reclamado un pivote de mayor veteranía. No es amigo de arriesgar con jóvenes en el centro del campo. Augusto Fernández es su predilecto. A la directiva colchonera le resulta difícil negarle algo a su gurú, especialmente si el precio es asequible.

Esta vez la ingeniería financiera, que facilitó buenos fichajes en épocas de carestía, ha jugado en contra del Celta. Vélez se ha reservado un porcentaje de los derechos federativos de Augusto. El club vigués está obligado a vender si llega una oferta de cinco millones de euros que convenza al jugador. Se supone que en ese caso también tenía la opción de comprar la parte de los argentinos por 1,7 millones y entonces, ya con el 100 por 100 de Augusto, la cláusula se dispararía hasta los 15 millones. Aunque existe cierta confusión al respecto, parece que al final la venta podría cerrarse en siete millones, seis de ellos para el Celta.

Quedan cabos por atar, pero parece imposible que Agusto vaya a seguir como céltico. El argentino se ha convertido en uno de los principales referentes de la plantilla desde su llegada, en el verano de 2012. Su importancia en el juego ha ido variando según épocas y entrenadores, hasta dispararse a las órdenes de Berizzo. El entrenador decidió retirarlo definitivamente de la banda derecha y entregarle el mando de la escuadra en la zona central de la medular. Ahí Augusto ha exhibido una extraordinaria capacidad para equilibrar el juego del equipo gracias a su facilidad en la construcción y su sacrificio en la recuperación.

Pero la influencia de Augusto no se limita al rectángulo de juego. Es el capitán de la plantilla, pese a haber algún compañero que lleva más tiempo en ella, por su carácter aguerrido, contagioso y a la vez maduro a la hora de gestionar situaciones complicadas. Su marcha, aunque se acepte como una oportunidad que el jugador debe aprovechar, inquietará especialmente a Berizzo, que durante estos días ha reconocido sin reparos el peso extraordinario que el jugador posee en la cancha, el vestuario y la grada. Ayer, aunque la afluencia de espectadores a Balaídos fue escasa, se oyeron cánticos solicitando a Augusto Fernández que se quede. No parece que ese deseo vaya a cumplirse. "Sólo vivo el hoy, el presente, siempre lo hice así, sólo hablo del Celta por respeto", explicó Auguisto emocionado, al término del choque

"Si el interesado cancela la operación, paga su cláusula y Augusto tiene deseo de parttir al Atlético de Madrid tiene todo su derecho", se resigna Berizzo. "Es un futbolista reconocido y a nosotros no nos queda más que imaginar reemplazarlo. Y digo esto de un futbolista tremendamente importante para mí. No podemos quedarnos en si se va, sino en reaccionar, reemplazarlo si se va y que el equipo siga jugando igual. No me consta que quiera irse", advierte al final.

La dirección deportiva intentará mitigar la gravedad de esta traumática salida. Miguel Torrecilla maneja varias posibilidades e intentará concretar la más interesante con rapidez. Kranevitter podría llegar como cedido. Queda la duda de si a Augusto se le reclamará un último esfuerzo en Granada, más con Tucu sancionado y con Radoja todavía convaleciente, o ante el Athletic.

El club espera de Augusto la máxima profesionalidad hasta el último instante. Y éste quiere despedirse de la mejor manera, aunque sabe que irse a mitad de camino resultará controvertido. En el Celta-Atlético del 10 de enero ya será visitante.