Sangre, sudor y lágrimas costó al Frigoríficos del Morrazo su clasificación para los cuartos de final de la Copa del Rey. En el encuentro teóricamente más asequible de los últimos meses -aunque con la dificultad de llegar a él al borde de la extenuación física-, los cangueses sufrieron como nunca para doblegar a un batallador Viveros Herol Nava que hizo del choque de ayer su particular reivindicación a una mala temporada en la División de Honor B. Pillo no contó con Casares ni Lamariano y dio escasos minutos tanto a David García como a Adrián Rosales.

Los segovianos avisaron de inicio, con un 1-0 que no hizo más que despertar al Cangas para que se enchufase con un parcial de 0-4. Los gallegos manejaban el duelo con cierta solvencia en el marcador (4-7, 5-8) aunque sin poder romperlo de manera definitiva en algún momento. Su juego no era el de la Liga y la portería tampoco marcaba diferencias, lo que permitía al Nava hacer la goma (7-8) y llegar al descanso vivo tras un arreón que le permitió pasar del 14-17 al 17-18.

El Nava dio un paso al frente e igualó el encuentro (18-18), entrando en una fase de alternativas peligrosa para unos cangueses que encontraron en Salazar un gran apoyo bajo palos. Del 19-21 (minuto 35) se pasó al 23-22 (minuto 45), segunda ocasión en la que los locales se ponían por delante. El intercambio de golpes ya era continuo con un Nava al doscientos por cien de sus posibilidades y un Cangas agotado que tenía en los hermanos Soliño a sus mejores hombres. Rubén tiró del carro durante buena parte del choque y Suso fue el encargado de dar la puntilla. Antes el Nava se había puesto con 26-25, y el extremo derecho asumió galones para anotar tres goles consecutivos (26-28, minuto 54). Bastaron para certificar un triunfo trabajado pero ilusionante para el futuro.