La reciente ganadora de la II Invasión Celeste en categoría femenina, la céltica Ester Navarrete, probará por vez primera el domingo la dureza de la Subida ao Castro, que celebra ya su décima edición y que es puntuable para el Circuito de Carreras Populares de Vigo. En cuanto a la nómina de aspirantes en la categoría masculina, el marroquí afincado en Galicia Akka Essaadaoui, uno de los asiduos al podio en las populares, figura entre los principales candidatos a la conquista de la cima viguesa.

Este año habrá una gran novedad en la llegada a meta. Tras el derribo de la cafetería El Castillo, la organización ha obtenido el permiso para realizar la entrada a meta por la entrada norte a la fortaleza (en las ediciones anteriores dicha entrada se realizaba por la puerta sur). "Es una entrada muy bonita, con mucho encanto, y tiene un saliente desde el que el público va a poder ver mejor la llegada de los participantes", anuncia Guillermo Janeiro, responsable de la empresa Singletrack Outdoor Sports, que se encarga de la organización.

Se espera cerca de medio millar de participantes en una carrera de "fieles". "Es cierto que quienes prueban suelen repetir, salvo lesión o cualquier otra circunstancia", añade Janeiro, que se muestra entusiasmado con la presencia de Navarrete en la línea de salida. Corrió en Balaídos el martes pese a padecer un proceso febril los días previos a la carrera y llegaba después de superar una latosa lesión en el Aquiles. Así que, si nada lo impide, probará la dureza de la carrera de los escalones.

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En el anterior trazado eran un total de 523 escalones, con un desnivel de 135 metros desde la salida, en el Paseo de las Avenidas, hasta la meta. La leve modificación añadida en la meta en esta edición alterará sensiblemente estos guarismos. "El recorrido se acorta en unos 75 metros", calcula el organizador. Pero eso no significa que sea más sencillo. Serán tres kilómetros de ascensión sin tregua, donde lo más difícil llegará al final. "Será igualmente duro, porque habrá varias curvas. No es lo mismo subir en línea recta que haciendo giros, por eso será igualmente duro", prosigue.

La parte positiva será la de la logística, ya que la antigua llegada a meta servirá para que los aficionados y todos aquellos que quieran acudir a animar a los participantes puedan entrar y salir al recinto de llegada y podio con mayor facilidad que en las ediciones anteriores.