El Choco está de vuelta. El conjunto de Marcos Montes parece haber olvidado ya completamente su racha de cuatro partidos sin conocer la victoria, con tres derrotas y un empate, gracias a sus dos últimas victorias consecutivas. Seis puntos necesarios para afrontar con mayor tranquilidad el complicado final de año que espera a los redondelanos, con sendas visitas a segundo y tercer clasificados, Barbadás y Bouzas, respectivamente. Mientras, el Ribadumia continúa en el fondo de la tabla al acumular su cuarta derrota consecutiva.

Ni locales ni visitantes quisieron exponer de inicio por lo que las llegadas a las áreas se limitaron únicamente a acciones a balón parado. En una de ellas, a punto de cumplirse los veinte minutos de juego, el Choco inauguró el marcador. Fue en una falta en la frontal en la que Silva buscó el palo de un Javi Sánchez que se equivocó al dar un par de pasos hacia el lado de la barrera y que cuando quiso rectificar ya era tarde.

El partido se le ponía de cara a los de Marcos Montes, que ahora podían jugar con la acuciante necesidad de un Ribadumia en horas bajas. Pero cuando mejor pintaban las cosas, Xosé vio su segunda tarjeta amarilla al frenar en falta un contragolpe visitante, condenando a los redondelanos a casi una hora de inferioridad numérica.

Además, el Ribadumia hurgaba en la herida a falta de diez segundos para concluir la primera mitad al colocar Jon un buen balón en profundidad para Fajardo, quien se sacó de la manga un preciso centro raso al punto de penalti que Changui transformó en el empate.

Por eso, el técnico redondelano apostó en el intermedio por variar su esquema y pasar a un 4-3-2 para tapar las salidas con balón de los centrales rivales. Y la apuesta fue ganadora porque, a pesar de contar con un jugador menos sobre el terreno de juego, el Choco controló casi por completo la segunda parte.

La igualdad numérica se recuperó tras ver Pacheco su segunda cartulina amarilla. El Choco no bajó los brazos y siguió buscando el gol del triunfo hasta el último suspiro. Y lo encontró a punto de cumplirse el tiempo reglamentario, en un saque de esquina que el Ribadumia no acertó a despejar. El balón acabó en los pies de Óscar y su disparo se envenenó lo justo para hacer inútil la estirada del meta visitante.