Alberto Tamayo se estrenó ayer en el banquillo del Lalín con un empate sin goles ante el Sanxenxo. Fue un duelo con poco fútbol y con escasas ocasiones de gol. Las más claras fueron para los visitantes, pero se toparon en todas ellas con un acertado Michi. El Lalín sin embargo no fue capaz de poner a prueba al meta rival.

Los rojinegros intentaron llevar el peso del partido de inicio ante un Sanxenxo que aceptó de buen grado el papel de dominado. Los intentos del Lalín por combinar morían una y otra vez por la presión visitante, una labor que se veía ayudada en muchos momentos por el mal estado del terreno de juego. Ante el querer y no poder de los locales y las pocas ganas de arriesgar del Sanxenxo, el partido dejó pocas aproximaciones a las áreas. El único que parecía decidido a aportar algo diferente era Deivi, quien consiguió hacer daño por su banda superando a Reboredo. El jugador del Sanxenxo tuvo la primera ocasión del partido en un disparo dentro del área que se marchó fuera. Ya en el tramo final del primer asalto, Deivi forzó una jugada que terminó en un disparo de Alfonso que despejó Michi. En el saque de córner, Cuchi tuvo un disparo claro en el segundo palo que se encontró con un rápido Michi. En la tercera acción consecutiva, el meta local comenzó a hacer méritos para ser el hombre del partido con una parada abajo cuando todo apuntaba al primer tanto visitante.

Tras el paso por vestuarios, el Lalín mejoró. Tamayo dio entrada a Jemba y movió a varios de sus hombres. El equipo ganó seguridad y encontró espacios en contras siempre mal llevadas. El Sanxenxo por su parte fue creciendo con el paso de los minutos para terminar acosando en el tramo final. Michi volvería a cruzarse en su camino, primero con un mano a mano ante Cuchi al que supo cerrar todo los huecos y luego despejando un disparo lejano de Nico.